Subida de impuestos

No voy a sumarme al nutrido coro de los críticos -especialmente los editorialistas de EP-, que acusan sin piedad al presidente del Gobierno de improvisación, ignorancia, contradicciones, amiguismos y cien cosas más, en medio de la crisis. Mi falta de conocimientos me lo impide. Lo que no veo por parte alguna es la intención del Gobierno socialista de gravar las segundas, y no digamos las terceras o cuartas viviendas, los yates, los aviones particulares, los coches de gran cilindrada… De gravar a los ricos, vaya, y no por sus empresas, ni siquiera por sus dividendos, sino por sus lujos, sus despilfarros, sus injusticias. Nada. Escriben estos días los expertos que nadie piensa en sacar parte de esos 15.000 millones anhelados de las 3.347 SICAV -sociedades de inversión de capital variable- que hay en España, con un patrimonio de cerca 25.000 millones de euros, verdaderos refugios fiscales, creadas ex profeso para gestionar una sola fortuna o la de una familia, que pagan casi la mitad de lo que pagan casi todas las empresas. Uno de esos expertos nos dice que sólo adelantando esas nonadas que pagan cuando retiran los beneficios el efecto recaudatorio no sería grande, pero daría legitimidad al sistema y sería una buena carta de presentación para luchar contra el fraude… Pues ni por esas.