No dimitir “por supuesto”

Quien tras prometer dimitir, si ocurriera lo que ya ha ocurrido después de trece años -un caso de clara corrupción en su partido, que no ha tenido más remedio, para evitar males mayores, que reconocer y hasta pagar por ella cientos de miles de euros-, declara que no piensa dimitir por supuesto, quiere decir que no dimitirá ni dimitiría jamás por nada del mundo. Es un nuevo caso, muy original por cierto, de evidente corrupción, moral y política, a parte de la económica, ya reconocida. Es el útimo episodio de la degeneración de nuestros políticos. Y todo ello tras haber declarado, hace sólo unos días, con un cargo político que no se merece y un pasaporte diplomático del que es indigno, que el Estado Español es una cloaca. No lo entendimos del todo en su día. Ahora lo entendemos mejor