“Mi viña, la mía, está aquí”

 

(De El Cantar de los Cantares 8, 11-12)

 

Mi viña es mejor
que la que tenía el rey
en su fresca finca de verano.
Más joven y fértil.
Sus cepas
valen más

que mil siclos de plata.

Mi viña, la mía, está aquí.

Sus pámpanos relucen
y fulguram sus uvas y racimos.
La cosecha es ubérrima.
No hay bodega que pueda recogerla.