La unidad de los demócratas

Vuelvo a oír la frasecita, que tantos quebrantos nos dio en un tiempo, a un portavoz del PSOE, que se resiste en principio a votar -lo que hacen al fin- la proposición de UPyD contra el pretendido derecho a decidir, por el  que abogan todos los independentistas y confederalistas, la izquierda comunista y el PSC. La unidad de los demócratas, un buen lema en teoría, depende de la calidad de tales. Un partido puede ser democrático y a la vez independentista, partidario de la excarcelación de todos los presos o favorable a la salida de España de la Unión Europea. Por ejemplo. La unidad de los demócratas ha sido alguna vez una garantía y, otras muchas,  una rémora, a la espera de conseguir esa unidad. Un mínimo común denominador, que con frecuencia no lleva a ninguna parte. Si de la unidad de los demócratas dependiera, cuando todos se creen paradigmas de la democracia, no daríamos un paso en este momento. Y en lo que toca a la unidad de España, daríamos muchos pasos atrás. La unidad de los demócratas es ahora casi siempre una excusa para ocultar  viejos coomplejos e inconfesables vergüenzas. Una coartada miserable.