La Teoría de los Conflictos

La Teoría de los Conflictos está representada en su máximo nivel por las propagandas elaboradas por el Programa de la ONU para el Desarrollo (PNUD), a partir de las necesidades de las personas, no de los mandatos de los Gobiernos, de los dictados de un partido único, ni siquiera de los programas de los partidos democráticos. Se llama Teoría de los conflictos, porque el verdadero desarrollo se genera habitualmente dentro de distintos grupos sociales que tienen intereses diversos, a menudo contrarios. Para los defensores de la misma, los seres humanos son mucho más importantes que los solos indicadores económicos. Tampoco el progreso tecnológico es el valor supremo, siendo un gran valor, y la austeridad, por ejemplo, junto a otras actitudes humanistas, especialmente en tiempos de escasez, lo es igualmente. Los bienes del mundo deben ser compartidos, en la mayor medida posible, por todos los que los necesitan. Y no es éste, precisamente, el paradigma del modelo que tiene al Mercado como guía supremo.  La justicia sí que es el valor supremo, y en todos los niveles: desde el local hasta el mundial. La resistencia a toda dominación del hombre sobre el hombre desemboca a veces en una revalorización excesiva de la propia identidad política, cultural o religiosa; en una idolatría de lo individual, grupal, regional, nacional…, que genera de nuevo exclusiones e injusticias. Por otra parte, la educación en este modelo es una educación popular y participativa, que ha de respetar toda diversidad equilibrada, sin estar nunca subordinada en todo y para todo a la jerarquía tecnológica. – Siendo en nuestro tiempo coexistentes varios modelos de sociedad, de escuela y de participación, y sus fronteras a veces muy permeables, habrá que tener sumo cuidado en no confundirlas teóricamente para no acabar confundiéndolas en la práctica. O, lo que sería peor, confundirlas en la práctica para acabar confundiéndolas en la teoría.