La fiesta de la Navidad

La Navidad cristiana se inserta en la fecha  en que se celebra la fiesta romana de Mitra, el 25 de diciembre, la Mithtrakana. Surge del deseo de cristianizar el dies natalis Solis invicti (natalicio del Sol invicto). El cristianismo se encuentra, pues, con la fiesta popular del solsticio invernal y con la interpretación mítica a través de la figura de Mitra, cuyo culto, afín y rival del cristiano, había introducido el emperador romano Heliogábalo el año 218 y al que el emperador Aurelio dedicó un templo el 25 de diciembre del  274. La Heliolatría era la religión dominante en el siglo III en Roma. Pero igualmente el profeta Malaquías, muchos años antes, había llamado al Mesías Sol de Justicia y el anciano Simeón, dentro ya del Nuevo Testamento, saludaba al niño Jesús como Luz de los gentiles, según el evangelio de Lucas. Todo se unió así para reinterpretar cristianamente la religión heliolátrica y la conmemoración solsticial del pueblo. El culto de Mitra se difundió sobre todo entre las legiones romanas. Participaban en él sólo los varones. Mitra  lucha con el Sol o dios supremo, venciéndolo, bajo la forma de un combate con el toro, al que mata. Siglos después, Freud vio ahí el símbolo de la lucha edípica del hijo contra el padre, como la vio, arbitrariamente, en la religión cristiana: en el  Hijo, que muere por los pecados contrra el Padre, y resucita, y es divinizado y equiparado al Padre; y en el Hijo, que es adorado por el pueblo como Padre o simplemente como Dios único.- Lo cierto es que en el siglo IV y V la Navidad desplazó a la Pascua en importancia festiva. Hoy es, sin duda, la fiesta común por excelencia de todo el mundo.