Cristianos en Oriente Medio

Cada vez son menos los cristianos en Oriente Medio, donde nació el cristianismo y donde tuvo su mayor floración en los primeros siglos de la Iglesia. No llegan a los 20 millones de entre 365 millones de habitantes de la zona, de los que sólo 5 son católicos, en continuo receso a causa de la emigración hacia Occidente: Estados Unidos de América, Canadá, Francia, Inglaterra… De todo ello y de mucho más relacionado con la presencia cristiana en Oriente trató el reciente Sínodo de obispos en Roma, que, como casi todos, pasó sin pena ni gloria, si es que pasó, por los medios informativos europeos. La verdad es que la  honda división entre las confesiones  que confiesan a Cristo en puntos como la fecha de la celebración de la Pascua o de la custodia de los Lugares Santos perjudica notablemente su fuerza y su prestigio. Por otra parte, el esforzado comunitarismo, como es el caso de los siete ritos en la Iglesia Católica, no sólo por razones históricas, sino también por razones étnicas, no contribuye mucho a su fortalecimiento. Pero el peligro mayor, como es bien sabido, es  el fundamentalismo islámico, que de vez en cuando produce su cosecha de terror y es, sobre todo,  temible cada día. También su división ante el problema palestino-israelí es causa de continuos conflictos, donde todos los fanatismos tienen su asiento. Si la libertad de culto es a veces una difícil aspiración, la libertad de cambio de religión o de conversión es todavía mucho más  arriesgada, penada a veces con la muerte.  Uno de los datos más positivos hoy día es el flujo de inmigrantes asiáticos que recalan en los Emiratos del Golfo, Israel o Jordania, muchos de ellos católicos indios, filipinos o vietnamitas, cuyo número ha igualado en algunas iglesias el número de católicos de las antiguas comunidades orientales.- Para  todos ellos la Navidad es mucho más la celebración cristiana  original que la repetición de las Saturnales romanas de nuestras sociedades occidentales.