Y eran otra vez los mismos

Era en la casa de mi pueblo. Antes de amanecer. Oí un ruido extraño y me asomé a la ventana. Eran dos hombres de media talla con una máquina en forma de catapulta o cosa parecida, como para echar abajo la puerta de la casa. Me he despertado sobresaltado y me he puesto a leer una revista de información internacional para espantar las especies de la pesadilla. Es posble que el catarro diciembreño  tenga su parte de causalidad.