La educación católica

Le preguntaban hace unas semanas al presidente de la comisión episcopal de Enseñanza, Mons. Casimiro López, por qué miles de alumnos que pasan cada año por escuelas católicas, cuando salen de ellas no sólo no se integran en grupos o movimientos cristianos, sino que echan pestes contra la Iglesia. “A mí me surgen -contestaba el prelado- muchas preguntas, y no creo que haya una sola respuesta. ¿Quizás se ha dejado de lado la propia identidad católica? ¿Hay una separación entre la vida académica y el crecimiento espiritual que para el cristiano debería ir pareja? ¿Es por falta de testimonio cristiano entre los profesores y ente los religiosos o religiosas del centro? ¿hay lejanía de la Iglesia diocesana?” Y poco después: “Si el proyecto educativo se fundamenta en el Evangelio y la pastoral se hace desde el testimonio de Jesucristo, lo que da unidad al proceso educativo será la exposición completa y sistemática de la moral y de la doctrina de la Iglesia”. A la pregunta de si la esuela no es lugar para hablar de Dios: “¿Por qué hemos de eliminar de la educación la apertura a la trascendencia que para nosotros toma el rostro de Cristo, que nos revela al Padre? Dios no es enemigo del hombre, ni tiene celos de nuestra felicidad. Al contrario, la gloria de Dios, como decía san Irineo, es que el hombre viva y crezca. La educación religiosa no se yuxtapone a la formación personal, la desarrolla. A los no católicos les ofrecemos, sin imponerlo, el modelo de Jesucristo. ¿Por qué Jesucristo  va a coartar su libertad? Claro que, cuando Dios estorba, se quiete borrar todo lo referente a Él en la sociedad, y por eso suele pasar que quienes piden una escuela laica, lo que quieren es una escuela atea”. Recuerda, al final, siguiendo al papa Benedicto XVI, que las raíces de la emergencia educativa son un falso concepto de autonomía, el relativismo y el escepticismo,  a lo que se podría añadir el utilitarismo, el nihilismo y el hedonismo.- Si todas estas raíces, digo ahora yo, crecen sin trabas en padres y profesores de alumnos que asisten a la escuela llamada católica, ¿qué resultado vamos a esperar?