Invictus

Qué bella, qué vivísima, qué cinematográfica la película de Clint Eastwood sobre Nelson Mandela (encarnado en ese asombroso Morgan Freeman). Qué sorpresa, qué alivio, qué gracia casi paeternatural, qué gozo, ver a un político negro, cautivo durante 27 años, llegar a la presidencia de la República del apartheid -aquella tragedia que nos conmovió y nos rebeló en los años setenta-, y verle alegre, trabajador incansable, realista, honesto, dando lecciones de eficacia, de perdón, de sabiduría. Y todo en torno a un equipo nacional de rugby: One Team-One Country. Qué envidia.