El papa Francisco

Estos dias finales del año 2013, revistas y periódicos de todo género hablan del papa Francisco. Unos para proclamarle hombre del año; otros para dar una antología de sus actos y de sus discursos; los más para recordarnos algunos de sus gestos más nuevos y sus proyectos más renovadores. Los medios de toda especie hablan con elogio de él. Y todos esperan igualmente de él, en un futuro próximo, hechos relevantes, a tono con sus gestos anunciadores y sus palabras comprometidas. Unos le comparan con Juan XXIII, otros con el primer Juan Pablo II… A mí, la verdad, me recuerda a Jesús de Nazaret, pero trasportado de las aldeas de Galilea, a las que se parece poco nuestro mundo actual, al Imperio romano, con importantes ciudades comunicadas por importantes vías de comunicación. Su palabra vibrante, su predicación alegre y divertida, su arrebatadora voluntad de convicción, su constante preocupación por los débiles, su rebelde y a la par serena crítica de lo establecido y enmohecido, su decidida salida a las periferias… ¿no son las mismas señas de jesús de Nazaret?