¿Y después de la cárcel, qué?

Leo en Galería (Centro Penitenciario de Pamplona), aquella revista humilde que salió a la calle en tiempo del inolvidable D. Antonio Azcona, ahora muy remozada, una larga entrevista a Itaka-EScolapios. ¿Que es eso?- comienza preguntando el entrevistador. Se le contesta: Itaka-Escolapios es el sueño de mucha gente que quiere mejorar en todo lo que se pueda la sociedad y el mundo en que vivimos. Nada menos. Más concretamente, es una ONG, creada en 2001 por los Escolapios, y formada por personas mayormente pertenecientes a la Fraternidades escolapias y por otras simpatizantes con el proyecto. Presente en varios países de ÁFrica, América y Asia y en una docena de ciudades españolas, tiene como fin la educación de niños y jóvenes y la integración social de personas con dificultades. En Navarra, en torno a los colegios escolapios de Pamplona y Tafalla, con los nombres respectivos de Ikaskide y Trastévere, ofrecen apoyo escolar a chavales cn mayores dificultades en los estudios de primera, secundaria y bachillerato; tienen, además, cursos de informática, talleres de salud, un curso de cuidados a la dependencia, clases de castellano para inmigrantes… Ofrecen asimismo un servicio de atención jurídica para orientar en asuntos laborales y de extranjería, así como grupos de tiempo libre educativo, con actividades semanales de vario género, excursiones, campamentos… Acuden gentes de todo tipo: inmigrantes y navarros de toda la vida; padres y madres preocupados por sus hijos; jóvenes y adultos, que quieren mejorar su preparación laboral… En Pamplona, son  alrededor de 80 chavales, 30/40 adultos, y 50 familias atendidas en reuniones o encuentros. En toda Navarra llegaron, el año, pasado, a 200 las personas atendidas en algún tipo de necesidad social, y a 500 los chavales  participantes en turnos de tiempo libre, con 200 voluntarios y monitores. Mucha gente, dice con razón el entrevistado.-La verdad es que, como he dicho tantas veces, si conociéramos las innumerables iniciativas que se mueven por ahí en la direccción en que se mueve ésta de Itaka-Escolapios, podríamos hacer a mucha gente feliz, y tendriamos, incluso en estos tiempos recios, un poco más alto el sentido del optimismo y de la esperanza, indispensables para seguir viviendo como seres humanos.