Cuando se juega todo el sentido de la vida

Con motivo de la aprobación por el Senado belga del proyecto de ley de la eutanasia de los menores de edad y de su próxima discusión en el Congreso, la Conferencia episcopal belga, reunida en la asamblea de Grimberger -no dividida, como los partidos políticos, en flamencos y valones-, publicó un valioso y valeroso comunicado, preparado con la ayuda de varios expertos, sobre esa propuesta legislativa, sobre su oportunidad, su contenido, sus riesgos y sus consecuencias. Al tratar de su oportunidad-necesidad, recuerdan que en el pais vecino de Holanda existe una ley pareja desde el año 2006, pero que no se ha puesto en práctica casi nunca. En cuanto al contenido y sus riesgos, en la primera de las reflexiones, partiendo de la prohibición de matar, base fundamental de nuestra sociedad democrática, afirman que, al abrir la puerta a la eutanasia de los menores en casos límite, en lugar de la sedación y cuidados paliativos,  se corre el peligro de querer extenderla a los discapacitados, a las personas con demencia, a los enfermos mentales e incluso a quienes están cansados de vivir. Con el riesgo todavía mayor de cambiar el significado de la vida humana, haciendo que se conceda el valor de la humanidad sólo a los que son capaces de reconocer la dignidad de su propia vida, negándoselo a muchos otros. Se juega, pues, no sólo el sentido de cada una de las vidas, sino todo el sentido de la vida de la sociedad.