El trabajo de Juan Antonio Garrido, especialista en Medicina interna y experto en Bioética sanitaria, publicada en el nº. 3.068 de VN, me parece un resumen cientificamente serio y socialmente ajustado, que puede tener en sus manos un católico ilustrado español en busca de la verdad en el delicado y complejo campo de la bioética. Garrido piensa, por ejemplo, que, aunque no todo lo moralmente reprobale es delito ni la despenalización supone estar haciendo un juicio moral positivo, es poco clarificador hablar del aborto como un derecho, algo muy distinto de que la sociedad decida asegurar los medios para que los casos despenalizados se lleven a cabo con seguridad. Y en este campo de la despenalización del aborto sostiene que los cristianos podemos y debemos enriquecer la ética cívica exigiendo, con argumentos, esfuerzos para evitar embarazos no deseados, haciendo un trabajo pedagógico en este sentido ante el elevado número de abortos en España, y sobre todo ante la menor valoración de esta cuestión en nuestra sociedd.Pero, si este esfuerzo debe incluir conocimiento y facilidad de acceso a métodos anticonceptivos, hay que hacer por fuerza una reflexión sobre los mensajes relacionados con la penalización moral del usod el preservativo, aunque esa penalización tenga ya escasos efectos incluso entre los católicos hechos y derechos. Garrido la hace de la manera más fina, apuntando sólo los daños generados hasta aqui por esa penalización rigurosa y desacreditada, a la vez que alude a la falta de adaptación a nuestro tiempo de la respuesta evangélica a las las necesidades de las personas.