Ay, pobre guardia civil

          (A Juan Manuel Piñuel Villalón, asesinado por ETA en Legutiano, antes Villareal de Álava)

Ay, pobre guardia civil,
con tu uniforme y fusil.

Tan anónimo e innúmero
como tu nombre de número.

Sin sindicato y partido
para la hora del ruido.

Objeto de endebles penas
y de rotundas condenas.

Cubierto de manifiestos
más viejos que palimsestos.

Entre cruces y medallas
y hacellas y no enmendallas.

Que, pasado el funeral,
todo seguirá tal cual.

Y así tras cuarenta años
de retóricas y daños.

Y hete aqui que el adalid
prepara viaje a Madrid

para proclamar, invicto,
que, al fin, todo es el conflicto

y no hay otra solución
que la autodeterminación.

*

Ay, pobre guardia civil,
entre ese pueblo incivil.