Archivo por meses: diciembre 2009

Laicidad frente a laicismo

Envío a DN mi habitual colaboración, quincenal al parecer, en la que contrapongo a laicismo el concepto de laicidad, que no sólo se define en términos negativos, como la no identificación del Estado con una determinada visión del mundo, ni religiosa ni irreligiosa, sino también en términos positivos, al  reconocer el Estado el capital social que aportan las diferentes tradiciones religiosas y culturales para enriquecer y sostener los valores compartidos, que con frecuencia provienen y se han alimentado durante siglos de esas mismas tradiciones.

Multimillonarios, fuera de la cárcel

De nuevo, nuevos multimillonarios se libran de la cárcel por haber pagado hasta un millón de euros de fianza. En cambio los pobres o menos ricos que no pueden pagar siguen y seguirán en la cárcel. Qué injusticia de nuestra Justicia. Qué baldón para eso que llamamos civilización. ¿No somos capaces siquiera de cambiar entre todos esa legislación injusta y vergonzosa?

La Iglesia pierde un banco

La Iglesia pierde un banco [Caja Sur], titulaba ayer un diario madrileño. Bien perdido está. Y la pena es que, con mucho mayor motivo, no pierdan el suyo otros propietarios cercanos y lejanos.

Kejaritomene

                    
                                     (Luc 1, 28)
                     
                     Madre de Jesús,
                     la favorecida:
                     por ser la madre de Dios,
                     por dar la vida a la Vida.

¿Nacional o nacionalidal?

Escribe hoy en EP José Montilla no sólo como presidente de la Generalidad de Cataluña -qué manía la de usar términos catalanes en un texto castellano-, sino como demócrata, catalanista, socialista y federalista. Los socialistas catalanes, según sus Principios congresuales, no se atreven a llamarse españoles y lo sustituyen por federalistas (¿De qué Federación?). Entre las medias verdades, medias falsedades y demagogias varias que recita, en una cosa al menos dice verdad: el adletivo correspondiente a Nacionalidad es nacional, mientras la Española no diga otra cosa. No lo previeron los sabios padres de la Constitución de 1978. Fue uno de los fallos del delicado y ambiguo término nacionalidad, que lo es casi tanto como el de nación. ¿Vale mi neologismo nacionalidal? En el mejor de los casos, ya es demasiado tarde, aunque nunca se sabe con este Tribunal Constitucional.

Segundo Domingo de Adviento

                (Sobre la IV Égloga de Virgilio)
                               II

 De la cuna del niño brotarán
parras trepadoras,
nardos aromáticos,
colocasias florecidas de rosa
y risueños acantos con sus hojas rizadas.
Volverán por sí solas las cabras al redil
con sus ubres hinchadas de leche.
Los mansos rebaños pastarán
sin miedo a los leones corpulentos.
Las hierbas venenosas perderán su veneno.
Para siempre volverán las serpientes
a sus prietos escondrijos.

La dignidad constitucional

Hasta Durán i Lleida, uno de los diputados más sensatos, ha dado su nota estridente al declarar que la dignidad de Cataluña está por encima de cualquier sentencia. Otro que juega y se divierte con Cataluña y la dignidad, como si fueran su patrimonioo exclusivo. El día en que apareció el unánime editorial de los diarios catalanes sobre la dignidad de Cataluña y la indignidad del Tribunal Constitucional, un lector de La Vanguardia (antes Española) -diario que  siempre estuvo al servicio del poder constituido, cualquiera que fuese-, escribía entre otros comentarios de los lectores: Justo lo mismo que dijo Hitler a las masas en 1934. El problema  es que la historia demostró que poner la dignidad de un pueblo por delante de la ley es convertir a ese pueblo en esclavo de las ideas que unos pocos consideran como dignas. En el fondo, se trata de la vieja aspiración confederalista-soberanista de negar la nación española y de pretender que España sea una nación más junto con Euskadi, Galicia y Cataluña. Y ya que aprobaron un día la Constitución de 1978, Durán y Pujol incluidos, se trata de enmendar por vía estatutaria lo que no podrían hacerlo por vía de reforma constitucional coherente con el texto. Sirviéndose de la debilidad ideológica y político-electoral de Zapatero, responsable máximo del disparate del Estatuto catalán, por mucho que lo hubieran cepillado (Guerra diixit) en las Cortes. Ahora queda de nuevo el victimismo y  no sé qué dignidad a todo trapo. – Yo quiero hoy, víspera de la Constitución Española, celebrar la dignidad de toda España, de la Constitución, y con ellas, la de Cataluña también, como es natural. No sólo la de unos malos políticos catalanes, que, ante el probable fallo del Tribunal Constitucional, temen con toda razón por lo que ellos llaman su dignidad, es decir: por el bochorno que temen tras haber hecho tan mal las cosas.

Visita a “mi ” palacio Altemps

Una de mis mayores conmociones en mi estancia romana, que llega a su fin, ha sido la visita a mi querido palacio Altemps, donde residí de 1958 a 1962, y haberlo encontrado convertido en una de las sedes, la más importante, del Museo Nazionale de escultura romana (1997), que ante visitábamos, parcialmente, en el Museo de las Termas de Diocleciano. Recorrer despacio todas las estancias de mi Colegio entrañable y verlo poblado por las piezas señeras del Gálata suicidándose, de la Venus de Cnido, del Nacimiento de Venus o del sarcófago de la guerra contra los galos, amén de un sin fin de Hermes, Apolos, Martes, otros dioses y diosas, y torsos de romanos célebres… no es fácil de soportar. ¿Éste era el colegio donde yo estuve?, me  decía de continuo. He preguntado a unas jóvenes restauradoras que trabajan todavía  en una de las estancias y he visto que  ha sido enorme la labor de limpieza y restauración del viejo palacio, construido para los Riario a finales del siglo XV, residencia luego de embajadores españoles, reconstruido desde 1568 por el cardenal  austriaco Marco Sittico Altemps (Hoheems, en alemán), sobrino de Pío IV, y devenido, después de muchas peripecias, Colegio Español en Roma, de 1894 a 1971. A las pocas piezas que se conservaban del palacio renacentista, se ha añadido la  riquísima colección Ludovisi y la también la notable colección Mattei, de escultura egipcia.  Recordaba yo  los dos Hermes en el patio,  algunas estatuas, los frescos de la logia, y poco más. Ahora casi todas las estancias están decoradas por frescos, algunos de ellos bellísimos, brilla el  variado artesonado o los dibujos de los techos, y parece que de un momento a otro va a pasar el mundano cardenal renacentista, hijo tercero de Wolfgang, condottiero austriaco  -el macho cabrío por divisa-, general de los ejércitos de Carlos V, y cabrío él mismo. El único sitio casi intacto es la capilla, con sus bancos, sus ángeles revoloteadores del techo, y el lujoso sepulcro del duodédcimo papa, el sirio San Aniceto (155-166). Leo en unas notas históricas sobre la estancia que el duque de Altemps, quien consiguió, el año 1604, el traslado del cuerpo del mártir desde una de las catacumbas de Roma, hizo pintar en las paredes de la capilla a dicho papa con los trazos de su propio padre, condenado a muerte por adúlltero a manos de la justicia pontificia. Se non é vero, é  ben curioso.– Cuando la madrugadora noche de noviembre se ha cerrado sobre el palacio Altemps, estaba yo casi solo visitando el inmenso palacio, he sentido sobre mi todo el peso de la belleza tremenda de la antigüedad, ese síndrome de la belleza que se ha dado en llamar  4 síndrome de Stendhal. Al salir, he vuelto a escuchar aquel murmullo familiar del agua de la fuente del patio, ahora entre los dos Hermes que la guardan, y que un día nos guardaron a nosotros, jóvenes hijos de Roma.

Los crucifijos en Italia

La sentencia Lautsi de la Sección Segunda del Tribunal Europeo de Derechos Humanos,  compuesta por cinco profesores y dos magistrados, con sede en Estrasburgo ,contra la presencia de los crucifijos en las escuelas de Italia, a petición de una madre finlandesa no católica, casada  con un italiano, fue recibida con indignación tanto por parte de la derecha como de la izquierda y con el decidido propósito de no cumplirla. El diario más prestigioso del país, Il Corriere della sera, ha mantenido muchos días en sus páginas digitales el artículo de su colaborador, Claudio Magris, todo un santón de la izquierda italiana, escrito el 9 del mes pasado y titulado Il crocifisso, simbolo de sofferenca che non puo offendere nessuno. Magris tendría mucho que decir sobre la historia y la actualidad de la Iglesia en Italia y se teme, cauto, el provecho que pueden sacar de esta sentencia los peores clericalismos y, no digamos, el gobierno de Berlusconi, en su falsa veste de defensor de la fe y de los valores tradicionales. Pero todo eso no quita lo primordial, que es la figura del crucifijo:  Aquella figura representa para algunos lo que representaba para Dostoyevsky, el hijo de Dios muerto por los hombres; como tal no ofende a ninguno, con  tal que obviamente no se quiera inculcar a la fuerza o arteramente esta fe a quien no la condivide. Para otros, para muchos, pontencialmente para todos, representa lo que representaba para Tolstoi o Gandhi, que no creían en su divinidad pero lo consideraban un símbolo, un rostro universal de la humanidad, del sufrimiento y de la caridad que la rescata. Un discurso análogo, naturalmente vale para otros rostros universales de la condición humana, Buda por ejemplo, cuyo discurso de Benarés habla también a quien no profesa su doctrina y está arraigado en las tradiciones de otras civilizaciones, como el cristianismo en la nuestra. (…) Aquel hombre en cruz que pronunció el discurso revoluciconario de las Bienavanturanzas no puede ser cancelado de la conciencia, ni siquiera de la de aquél que no cree en él como hijo de Dios.


Audiencia Pontificia

 Voy a la audiencia de los miércoles, que hasta hoy ha  tenido lugar en la soleada plaza de San Pedro. Hoy, que hace frío, nos convocan a la nueva e inmensa sala Pablo VI, en forma de tienda, que se llena por completo. Llegan muchos obispos, procedentes de no sé qué asamblea romana y se sientan a lo largo de una tribuna alta. Hay en la sala un ambiente de bullicio y expectación. Muchos grupos con tipos y atuendos distintos. Mucha gente se pone en pie sobre los bancos para mirar y sacar fotos. Ay, las fotos. De la puerta lateral sale por fin el papa, blanco y pequeño, muy aplaudido. Nos habla  en su homilía breve, leída en suave italiano, sobre la catedral medieval, románica y gótica, sobre su sentido y sus posibilidades evangelizadoras. Me parece un pieza preciosa. Luego, en seis lenguas, del inglés al polaco, hay una breve traducción de la homilía y la enumeración de los grupos de cada nación allí presentes. Es muy divertido oír los gritos jaleadores, los aplausos, los cantos regionales o litúrgicos, y hasta a veces la música de algunos instrumentos musicales, con que cada uno de ellos responde al oír su nombre. Menos mal que no todos. De España esta vez hay sólo tres y muy sosos los tres; de Colombia, en cambio, una multitudinaria y ruidosa peregrinación que  ha venido a hacerse oír en contra de los secuestros. De Estados Unidos de América, de Alemania y de Italia es muy numerosa la representación; los americanos son casi todos estudiantes bullangueros. Al final, precedidos por el papa, cantamos el Pater Noster en latín. Una ingeniera agrónoma argentina que se sienta cercana, muy devota al parecer, me compara a Benedicto XVI con Juan Pablo II, que ella conoció en su país. – A mí me ha gustado el encuentro, dentro de lo que puede dar de sí. En la plaza tiene un sentido estético y popular mucho mas intenso, pero aqui tal vez escuchamos y nos recojemos mejor. La  gente sale alegre y el sol otoñal y la Roma eterna se encargan de lo demás.