Segunda República
En el programa de la televisión navarra más reciente, dedicado ayer a la II República, lo mejor fue la intervención, bien que desigual, de los tres profesores, y lo peor el testimonio, por muy emotivo que fuera, de víctimas de la guerra civil, que ayer estaban fuera de contexto y distorsionaron el resto de la programación. Quedó claro que aquel régimen fue un intento frustrado por culpa de casi todos, y especialmente por la actuación sectaria y antirreligiosa de los poderes públicos. Tras escribir cientos de páginas sobre ese período, básteme ahora decir que, mientras una cierta “izquierda” siga considerando la II República como un modelo de futuro y una cierta “derecha” haga lo mismo con la anti-República, nunca estarán a la altura de los tiempos y, lo que es peor aún, nunca serán genuinamente democráticas.
En el programa de la televisión navarra más reciente, dedicado ayer a la II República, lo mejor fue la intervención, bien que desigual, de los tres profesores, y lo peor el testimonio, por muy emotivo que fuera, de víctimas de la guerra civil, que ayer estaban fuera de contexto y distorsionaron el resto de la programación. Quedó claro que aquel régimen fue un intento frustrado por culpa de casi todos, y especialmente por la actuación sectaria y antirreligiosa de los poderes públicos. Tras escribir cientos de páginas sobre ese período, básteme ahora decir que, mientras una cierta “izquierda” siga considerando la II República como un modelo de futuro y una cierta “derecha” haga lo mismo con la anti-República, nunca estarán a la altura de los tiempos y, lo que es peor aún, nunca serán genuinamente democráticas.