Un nuevo mapa de España

Hace no muchos años el mapa de progreso de España comenzaba siempre por Cataluña, seguía por Vizcaya y Guipúzcoa, luego por Asturias… Eran la regiones avanzadas, industriales, ricas. Según el último Eurostat, de 2004, que muestra el producto interior bruto (PIB) de las regiones de la Unión Europea, entendido como la capacidad de compra de los habitantes, Madrid, con un PIB de 132´1 por ciento; Navarra, con un 126´7, y País Vasco, con un 125´4, encabezan la lista de las regiones españolas. Lo que equivale a una renta per capita en las tres regiones de 25. 818, 24.509 y 23. 289 euros, respectivamente. Aunque la marca europea más alta es la del centro de Londres, con un 303 por ciento del PIB, seguido de lejos por Luxemburgo, con un 251, y Bruselas con un 248, varias regiones de Alemania, Reino Unido, Italia, Países Bajos, Austria, Bélgica, Finlandia, Suecia, Chequia, Irlanda, Francia, Eslovaquia o Suecia están por encima de nosotros. Siguen a las tres pioneras españolas: Cataluña, Baleares, La Rioja, Aragón, Cantabria… Y son las últimas: Extremadura (67´1 por ciento del PIB y 13.100 euros per capita), Andalucía y Castilla la Mancha. La última región económica de la UE es el Noroeste de Rumania, con un miserable 24 por ciento del PIB europeo. Otro mapa, pues, europeo y español, distinto del mapa politico y superficial al que estamos acostumbrados. Distinto del de los estatutos votados o no, los gobiernos autonómicos, los vocingleros o silenciosos presidentes, los partidos mayoritarios y minoritarios. El mapa -que tampoco es el único y total- de cada día, del trabajo y de la riqueza, del esfuerzo y del progreso, de toda la gente. Un mapa más real y futuro que el del solo color electoral que se nos avecina.