Qué triste

Dejo ahora consideraciones de tipo jurídico-político, de mayorías y minorías, validez y legalidad, etc., sobre los referéndums catalanistas organizados como propaganda a favor de la independencia. Para quienes conocemos y amamos Cataluña en todas sus vertientes y hemos colaborado con tantos catalanes antes, en y después de la Transición, qué triste espectáculo. Ver a los sucesores de Companys o Tarradellas, para nada independentistas, y a los nietos de la Lliga Catalanista de Cambó, Ventosa o Estelrich, convertidos en soberanistas-independentistas, junto a unos socialistas catalanes, que se apellidan  cobardemente federales (como si fueran austríacos o canadienses), mirando hacia otro lado cuando no riéndoles las gracias a sus colegas de gobierno, mientras el presidente del Club de Fútbol Barcelona, que tantos admiradores tiene en toda España, se aprovecha del cargo deportivo para lanzarse a otra nueva campaña separatista… qué triste todo, qué injusto también.