Principios morales y legales

No adelantamos mucho distinguiendo en nuestra común convivencia societaria entre principios morales para unos (¿unos pocos?) y principios legales (¿las leyes sin más, sean las que sean?) para todos. Porque la cuestión es si esos principios legales son también princpios morales,o, si se quiere, humanistas y humanizadores. Y tampoco pone una pica en Flandes  quien espeta a ciertos señores, que por lo visto son muy rígidos y tradicionales:  Ha habido un cambio de valores, social y cultural en la sociedad española, que vosotros no asumís. Decir que ha habido un cambio es decir poco y mal, porque los cambios han sido más de uno. Pero de nuevo nos quedamos preguntándonos a qué valores se refiere tan castizo crítico, a no ser que piense que por el sólo hecho de cambiar, como les pasa a ciertos políticos, ya todo está justificado y hasta es mejor.  Muchas  veces el cambio trae una nueva reflexión y maduración moral, que exige comprensión, examen y hasta aceptación. Pero otras veces, como nos enseña el estudio de la historia, no. Este lenguaje del cambio por el cambio me suena siempre a propaganda electoral, tan amoral casi siempre. No es aconsejable que lo utilicen los moralistas y menos los moralizadores.