“Mirad que no nos entendemos…”

Escribe santa Teresa de Jesús, o de Ávila, en sus Exclamaciones (1569), publicadas por fray Luis de León, en 1588: Decís Vos: “Venid a mí todos los que travajáis y estás cargados, que yo os consolaré”. ¿Qué más queremos, Señor?, qué pedimos?, ¿qué buscamos? ¿Por qué están los del mundo perdidos sino por buscar descanso? ¡Válame Dios, oh, válame Dios! ¿Qué es esto, Señor? ¡Oh, qué lástima; oh, qué gran ceguedad, que le busquemos en lo que es imposible hallarle! Haved piedad, Criador de vuestras criaturas, de estas vuestras criaturas; mirad que no nos entendemos, ni sabemos lo que deseamos ni atinamos lo que pedimos. Dadnos, Señor, luz; mirad que es más menester que al ciego que lo era de su nacimiento, que éste deseava ver la luz y no podía; ahora, Señor, no se quiere ver. ¡Oh, qué mal tan incurable! Aquí, Dios mío, se ha de mostrar vuestro poder, aquí vuestra misericordia.