Los nuevos samaritanos

Casi un millón de personas se han quedado en España sin cobertura médica. La mayoría, inmigrantes. Asociaciones eclesiales y numerosos cristianos, de forma personal o colectiva, intentan resistir a esta discriminación y llegar a donde el Estado no llega, como lo muestra la revista VN, la mejor revista de información eclesial, en un informe publicado en el número anterior a la Navidad. La ministra de Sanidad, Ana Mato -apellido poco propicio para tal oficio- explicó en su día que la intención de restringir el sistema público sanitario era acabar con el llamado “turismo sanitario”. Como si no hubiera medidas más apropiadas para ello… Porque, además, apenas si un 1´6% de los inmigrantes tienen como motivo para venir a España beneficiarse de su cobertura sanitaria. Desde el 31 de agosto de 2012 sólo los extranjeros menores de 18 años, las embarazadas y los inmigrantes enfermos con especial riesgo de contagio pueden disfrutar de nuestro sistema de salud. Médicos, enfermeras, religiosas, sacerdotes, voluntarios…, cuyos nombres sólo Dios y algunos pocos más conocen, nos cuentan cómo en Madrid y en otras partes de España personas sin tarjeta sanitaria son atendidas, porque las consideran dentro de los supuestos previstos, les dan cita de urgencia o interpretan las normas con sentido amplio, exponiéndose no pocas veces a perder su puesto o a otras varias consecuencias, y sin que puedan asegurar en muchos casos, bien a su pesar, un tratamiento continuado. Así en el Centro de Atención Primaria de Lavapiés, en Madrid; en el hospital-residencia de Sant Camil de Sant Pere de Ribes (provincia de Barcelona) o en el Dispensario San Antonio, de Madrid, regido por capuchinos, con la ayuda de dos enfermeras de la Obra Misionera Jeús y María y 25 voluntarios entre médicos internistas y especialistas varios, que atienden de modo gratuito a lo largo de cinco días semanales, y en donde no piden ni papeles ni copagos; hasta el Samur social les lleva pacientes, que no podrían llevar a ningún otro sitio. Con menos medios y organización, pero con mucho coraje y eficacia trabajan igualmente muchos voluntarios en plataformas de información, asesoramiento  y acompañamiento a inmigrantes, para conseguir lo que necesitan en los laberintos de la Admistración o en la jungla de la sociedad moderna, como son las llamadas Yo sí Sanidad Universal, o la histórica Sociedad de San Vicente Paúl.- Nuevos samaritanos. Y cuántos más como ellos…