¡Los listos imputados, a las listas!

El grotesco espectáculo del presidente autonómico en Valencia, además de otros menores de la misma especie, todos dentro del PP, en la misma Comunidad y en la de Madrid dejan bien a las claras que aquella campaña de regeneración de la vida pública y de lucha contra la corrupción de todo género, que fue el lema electoral de ese partido en 1996, ha desaparecido, ha menguado o se ha encontrado con obstáculos insuperables. La lucha contra la corrupción, sí, pero hasta cierto punto, hasta cuando toca a ciertos personajes, a certos jerifaltes del partido. En el recuento de casos de corrupción, todavía vivos, todavía presentes en los tribunales o a punto de ser llevados a ellos, el partido que se lleva la palma, según los medios informativos, es el partido mayoritario ahora en España, especialmente en su feudo, Andalucía, pero todos los demás le siguien, especialmente en las comunidades donde gobiernan o han gobernado en mayoría. Hace sólo unos días, el ministro de Fomento, José Blanco, vicesecretario general del PSOE, anunciaba que sólo los cargos socialistas que, además de estar imputados en un procedimiento judicial por corrupción, lo estén por enriquecimiento personal, quedarán fuera de las listas electorales en las elecciones municiaples y autonómicas del próximo 22 de mayo. La imputación muchas veces queda en nada, afirma el ministro, haciendo buena la  tesis mantenida en la práctica por el PP valenciano. Volvemos a la praxis de los años ochenta y noventa. Si la corrupción favorece al partido, por ejemplo, no sólo es un error o un delito, es un mérito. Así que ¡los listos  e importantes imputados por corrupción, a las listas!