La Vanguardia

En estos días de ánimo triste y ánima en pena he ido a leer el diario digital más leído en Cataluña, y, no sé si por mi estado de ánimo o porque la realidd es así y no hay que darle vueltas, me he encontrado con un diario independentista o que parecía serlo, especialmente en sus colaboradores. No he encontrado, ya digo, tal vez por mi torpeza o por mi mala suerte, un sólo trabajo que hiciera justicia a la España real, ampliamente mayoritaria, que cree y espera en Cataluña y ama a Cataluña y no quiere vivir sin ella. Me han ofendido gravemente con su tono agriamente vindicativo y hasta provocativo, militantemente antiespañol, siempre victimista (como en aquellos tiempos algunos decían de Pujol). Hasta a mi dilecto P. Batllori, nada menos que académico de la Real de la Historia, lo sacan ahora como dechado de catalán-europeo (¿y nada más?). Y todo esto en La Vanguardia, cuya dirección calla o no dice nada, o escribe para que no se le entienda, porque quiere ser, en el mejor de los casos, neutra, y en el peor o más cotidiano y elemental, dirección de La Vanguardia! Y luego se preguntarán algunos cómo han cambiado tanto en tan poco tiempo los catalanes…