La “Diada” catalana

Estaba yo dándole vueltas a lo que iba leyendo de la Diada catalana de anteayer, cuando llegaba la noticia de alcance de la dimisión del presidente del EBB, J.J. Imaz. Malas noticias. Para empezar, en Barcelona casi todos dieron la nota. Unos, entre ellos varios  miembros del Gobierno catalán y el presidente del Parlamento, pidiendo la independencia por la calle, con otros 8.000 manifestantes. Pujol, solemnemente frenético, exigiendo que la Constitución se acomode a Cataluña y no al revés. Maragall, animando a las tres naciones ibéricas Cataluña, Euskadi y Galicia a seguir adelante, no se sabe hasta dónde. Y en ese plan. Los abucheos ante la estatua del héroe catalán Rafael Casanova fueron mas que los aplausos. La verdad es que no sé si los catalanistas, incluidos los independentistas y soberanistas, saben bien quién fue aquel señor o si nos quieren dar gato por liebre a los de fuera. Se me hace difícil creer que a quien rinden homenaje sea aquel abogado catalán y conseller en cap de Barcelona, partidario, en la guerra de sucesión española, de Carlos de Austria -el Carlos IV, después, de Alemania-, traido y llevado por soldados bitánicos y holandeses, enemigos interesados de Francia, que era tan malo o peor que el Borbón Felipe V, nieto de Luis XIV. El mismo que, el 11 de septiembre de 1714, animaba a los suyos contra las tropas asediantes del duque de Berwick, al grito de: “Por nosotros y por la nación española peleamos”. El que invocaba a la patrona Nuestra Señora de la Merced y agitaba en la muralla el estandarte de la también patrona Santa Eulalia, antes de ser herido por una bala en el muslo. El mismo que delegó en otro consejero la capitulación y huyó de la ciudad desfrazado de fraile. Quien, tras ser perdonado por el el Borbón Felipe V, volvió a ejercer tan ricamente como abogado hasta 1737, muriendo después a la edad granada de 83 años ¿Qué tendrá que ver el bueno de este Casanova catalán con el nacionalismo fanático, con la soberanía y la independencia de algunos de sus sucesores, aunque ésta última sea, como sueña Carod Rovira, para el año 2014?