La Declaración de Roncesvalles

 

    La Declaración de Roncesvalles -propiamente, la II Declaración de Roncesvalles- es la conclusión-resumen del segundo encuentro (22-24 octubre 2021), celebrado en la Colegiata, del Consejo Federal Español del Movimiento Europeo y su Consejo Navarro, esta vez con la participación de representantes del Consejo del Movimiento Europeo de  Pyrénées Atlantiques. Donde ciudadanos, sociedad civil e instituciones han abordado  aspectos relevantes de la educación y la cultura europea y su futuro.

Siendo el derecho a la educación, formación y aprendizaje el primer pilar europeo de los Derecchos sociales, construir el Espacio Europeo de Educación es una prioridad para los próximos años, por lo que se impone a los ógranos comunitarios, los Estados Miembros y las institucicones educativas la ingente tarea de reforzar y profundizar la cooperación en orden a una mayor integración de los ciudadanos y pueblos de Europa. Para ello la inclusión en los planes de estudio de todos los Estados de una historia común de Europa y de conocimientos sobre la actual Unión Europea debe ser un urgente compromiso. Así como el aprendizaje al menos de tres lenguas dentrro de la misma. En esta dirección, el programa Erasmus, que pronto cumplirá sus 35 años de éxitos, debe reforzarse con mayores recursos, a fin de que, al menos, la mitad de estudiantes universitarios y de formación profesional puedan cursar parte de sus estudios en otras universidades europeas, añadiéndose asimismo el intercambio de profesores. La Declaración de Roncesvalles desea igualmente incluir a los países de América Latina en los programas de cooperación  e intercambio.

Por otra parte, la pandemia del Covid-19 nos ha mostrado la importancia del trabajo en común y del apoyo a la cooperación entre investigadores. Lo que nos lleva a proponer una mayor coordinación entre los ámbitos de competencias de los poderes públicos. Una poderosa red de universidades europeas sería uno de los medios más eficaces para reforzar la investigación común.

El patrimonio cultural europeo es legado superior de nuestras precedentes generaciones y medio principal de adquirir una conciencia europea, siendo la libertad  el valor superior en el campo de la educación y cultura, y en muchos más: Libertad de creación, de expresión, de investigación en el espacio público europeo, junto con la independencia y autonomía de las instituciones dedicadas a todo ello. La necesidad de una mayor cooperación entre las instituciones de iniciativa social y los poderes públicos en las tareas de conservación y difusión de nuestro patrimonio europeo común es más que evidente.

La Declaración de Roncesvalles no podía menos, en esta nueva ocasión, de exaltar y promover los itinerarios culturales europeos como excelente modo de acercar nuestra herencia europea a los europeos de hoy: El Camino de Santiago y la Vía de Carlomagno, de los que Roncesvalles es eje principal, y otros más, impulsados por el Consejo de Europa, repartidos por toda la Unión, que deben ser apoyados por todos.