L´esperit català

 

          Ahora que la cuestión catalana sigue estando candente y que Antoni Tàpies nos dejó no hace mucho tiempo, me detengo esta tarde ante este cuadro ya histórico, sencillo y complejo a la vez, tan simbólico como real, tan local como universal, legado por su propietaria navarra, María Josefa Huarte, al Museo Universidad de Navarra y expuesto ahora en el Bellas Artes de Bilbao. Típica obra de las muchas de Tàpies vinculadas a los graffiti de la calle y todo un mundo de protesta reprimida, clandestina, pero llena de vida, según su autor, que circulaba por los muros de su país, convertidos en testigos de todos los martirios y de todos los retrasos inhumanos, infligidos  a su pueblo. L´esperit català (1971) refleja una parte importante de la vida de Cataluña en los últimos años del franquismo. Surcado por las cuatro barras verticales de la bandera catalana -con o sin la leyenda trágica de la sangre heroica-, el cuadro está cruzado por pequeñas y claras inscripciones manuscritas horizontales, mayores o menores, donde la palabra Catalunya, y dret (derecho) frente a poder y llei (ley) predominan  sobre todas las demás. Me extraña un tanto que el catalán sea la sola lengua de la protesta, cuando tantas de ellas se expresaron tambien, por aquel tiempo, en castellano. Patriota progresista, como él se denominaba, al autor catalán todo acto de ese patriotismo le parece parte del embate esencial en pro del humanismo, la democracia y la libertad, en el que el artista juega como voz colectiva, casi anónima.