Jesuitas autocríticos ante Unamuno

A quienes sigan pensando que la Compañía de Jesús, disuelta hace 75 años por un malhadado decreto del Gobierno de la República española, fueron sólo el fuelle de la reacción y la cueva refugio del oscurantismo les extrañará un detalle como el que acabo de ver en el núm.103 de su revista Razón y Fe, noviembre de 1933. En  la sección de Bibliografía se hace una breve recensión del libro, entre otros muchos más, del célebre jesuita catalán, Gabriel Palau, sociólogo activo y muy popular en España y América, autor de varios libros y profesor entonces de sociología en el Seminario Pontificio de Comillas. El libro se titula nada menos “Por donde se ve…” Réplica de un jesuita español a don Miguel de Unamuno (Buenos Aires, 1932, segunda edición, 168 ps). El crítico, Luis María (que seguramente corresponde a otro jesuita escritor y jurista, Luis Ízaga), reconoce que el libro, muy actual entonces, responde a una “excentricidad calumniosa”, o, mejor, a “una bufonada ya antigua” de don Miguel de Unamuno, pero a renglón seguido confiesa: “Sin embargo, si hemos de ser sinceros, habremos de confesar que no merecía el asunto tanto trabajo y tiempo robado al benemérito autor, como supone la composición de este folleto; y aún más, que el recuento minucioso y casi infantil de sabios, escritores, etc., de la Compañía, aducidos en tono triunfante, y con ironías más o menos aceradas para el adversario, parécenos impropio en la pluma de un jesuita, mayormente en tiempos en que los que no lo son han tomado a su cargo con tanta caridad como elocuencia el defender a San Ignacio y su Obra“. Y para que no quedase nada en el tintero: “Tampoco estará de más advertir, porque ello es de justicia, que no ha mucho don Miguel de Unamuno, en los pasillos del Congreso, calificó duramente, y para los jesuitas de modo halagüeño, la disolución en nuestra patria de la Compañía de Jesús”.