Frente al pesimismo de Saramago

El parlanchín y “Nobel para todo” José Saramago se declara, al presentar su enésimo libro, muy pesimista -“hay que ser pesimista“- ante ciertos fenómenos sociales y culturales de hoy, y no los más graves, por cierto. Parece un tanto extraño en un marxista-leninista como él, pero todo se justifica en este pobre mundo capitalista, donde él vive y se exhibe tan ricamente, y que, eso sí, rechaza teóricamente a todas horas. Llega hasta a decir este exabrupto totalitarizante, que no le honra mucho, la verdad: “Sólo son optimistas los seres insensibles, estúpidos o millonarios“. Pues, mire usté, don José: Somos muchos, muchísimos, los que somos conscientemente optimistas, realistamente optimistas, activamente optimistas. Y no somos ni insensibes, ni estúpidos ni millonarios. Ya ve.