Francia contra Cataluña

Frente al último disparate, que han lanzado algunos independentistas catalanes de pretender encomendar la defensa de Cataluña a Francia, Jesús Linz ha hecho bien en recordar algunos episodios de las relaciones entre la región española y la nación francesa, aliada habitual de Castilla en la Edad Media. Y comienza por traer a la memoria el año 1641, cuando Pau Claris proclamó conde de Barcelona al rey francés Luis XIII, hijo de nuestro Enrique IV, que los maltrató de lo lindo, hasta que acabaron por recibir a los ejécitos castellanos con vivas a España y mueras a Francia. Cuando, años después, El Rosellón y la Cerdaña pasaron a Fancia, Luis XIV prohibió el uso público del catalán en dichas comarcas. Siglo y medio más tarde, los revolucionarios franceses, como Barère y Gregoire, no pensaban de otra manera y aniquilaron los dialectos y universalizaron por la fuerza la lengua francesa en todo el territorio nacional. No por nada en la Guerra de Sucesión los catalanes se apuntaron al bando contrario del francés, y el 11 de septiembre de 1714, el célebre Casanova y los suyos pidieron a los barceloneses que dieran su vida para no quedar esclavos, con los demas españoles, del dominio francés. En la Guerra de la Convención y en la de la Independencia los catalanes fueron ejemplares en la defensa de España, tanto que el mariscal Berthier informó a Naapoleón que ninguna otra parte de España se ha sublevado con tanto encarnizamiento. Y no le valió al corso el proyecto posterior de eliminar la lengua castellana de Cataluña y hacer ondear sólo la señera junto a la francesa, corriendo la frontera hispano- francesa hasta el Ebro. En el Bruch se grabó aquella famosa inscripción: Caminante, para aquí, / que el francés aqui paró. / El que por todo pasó / no pudo pasar de aquí. Durante la Tercera República se prohibió a los niños de lengua no francesa hablarla no sólo en las aulas, sino en el mismo patio de recreo. Absurdos proyectos de unos pocos, como buscar el apoyo de Francia para la secesión de Cataluña en 1919 o su protectorado en 1938 acabaron en nada. Como en nada acabó el propósito del movimiento independentista Noasaltres sols de ofrecer a los nazis los aeródromos y puertos catalanes, en 1936,  para un futuro enfrentamiento con Francia, uno de sus enemigos mortales. Han escogido mal, una vez más. La Francia que se niega a ratificar la Carta Europea de las Lenguas Regionales y Minoritarias, y cuya Academia se pronuncia contra la inclusión de una mención constituciconal a las lenguas regionales como patrimonio de Francia, porque puede dificultar el acceso igualitario de todos a la administración y a la justicia y porque desde hace siglos la lengua fancesa es la que ha forjado a Francia, no parece la mejor aliada de los Mas, los Pujol, los Maragall y compañía…