El rey y el golpista

La única noticia política española que leímos u oímos en los medios informativos locales o accesibles en nuestro recorrido por Indonesia, Malasia y Singapur fue el rifirrafe entre el rey de España, el presidente Zapatero y el ex golpista comandante Chavez, presidente de la República Bolivariana de Venezuela. La información no daba cuenta de la penosa intervención de otro comandante, el presidente Ortega de Nicaragua, ni de las cordiales bromas anteriores cruzadas entre don Juan Carlos y el presidente venezolano. La noticia nos divirtió y entendimos muy bien la reacción tanto del presidente del Gobierno como del rey. Leo ahora un soberbio artículo de Vargas Llosa, que conoce bien la zona, sobre el figurón de Chaves y su cortejo, donde subraya el miedo que le tienen al espadón venezolano no sólo las gentes, sino hasta presidentes de Repúblicas vecinas, que tienen que callarse como muertos, por causa del petróleo y otras parecidas sinrazones Y termina haciendo buena nuestra actitud de aquel día en que leímos y oímos la primera noticia española: “Es posible que, al reaccionar como lo hizo, el Rey de España transgrediera el protocolo. ¡Pero qué alegría nos deparó a tantos latinoamericanos, a tantos millones de venezolanos! ¿La prueba? Que he escrito este artículo arrullado por los animados compases del flamante pasodoble que ahora entonan y bailan en todas las universidades venezolanas, que se titula ¿Por qué no te callas? y cuya tonadilla y letra llueven sin cesar desde muchas emisoras latinoamericanas”.