El “españicidio” de Rajoy

Al otro extremo del vampirismo nacional, leo en un periódico digital calificar de traición a España lo llevado a cabo por el presidente del PP en el congreso de Valencia, de destrución del Partido Popular, de vuelta a la vieja Alianza Popular y a los reinos de taifas de la mano de los separatistas y, en fin, de españicidio voluntario (asesinato de España) a manos de los nuevos dirigentes del PP. Rajoy sería el nuevo Héctor subido al caballo de los griegos para acabar con el palacio de su padre Príamo (Aznar). Lo que prueba bien a las claras que el viejo integrismo político nunca muere del todo, que los extremos se tocan, que las dos Españas siguen existiendo. Pero, por fortuna, somos muchos más los que componemos los 46 millones de Españas -tantas como españoles-, que hacemos la España real, la de aquí y la de hoy.