El artículo 155 y la toga de los jueces

 

 Ayer reapareció Felipe González, buen amigo de Pujol en los noventa, para repetir su afición al empleo del artículo 155 de la Constitución -la misma que la de Alfonso Guerra y del PP catalán– en la crisis actual, pero ocultando -¡siempe la política partidista, aun en los momentos de mayor gravedad!- que ha sido el actual secretario general del PSOE el que se ha opuesto, incluso amenazadoramente al comienzo, a la puesta en acción de dicho artículo. ¿Como podría haberlo utilizado el PP, aun con su mayoría absoluta en el Senado, con el principal partido de la oposición en contra? González hubiera preferido seguir la vía política directa y no protegerse en la toga de los jueces. ¿Hubiera sido mejor? Probablemente la reacción de los independentistas hubiera sido más dura que la que ha sido frente al Tribunal Constitucional, al que todavía recurren a la desesperada. Lo cierto es que, como denuncian los independentistas. parcialmente el Gobierno de Rajoy ya ha puesto en marcha algunas de las medidas necesarias para obligar a aquella [Comunidad Autónoma] al cumplimiento forzoso de dichas obligaciones o para la protección del mencionado interés general, que contempla ese artículo. Es el caso de  la intervención de la Haciena catalana o de la coordinación de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en Cataluña. Por otra parte, según el artículo 189 del Reglamento del Senado, el caso de poner en acción el artículo 155, el Gobierno debe presentar al presidente de la Cámara escrito en el que se manifieste el contenido y alcance de  las medidas propuestas, así como la justificación de haberse realizado el correspondiente requerimiento al Presidente de la Comunidd Autónoma y la de su incumpliniento por parte de ésta. Lo cual exige luego un no breve procedimiento legislativo: requerimiento al presidente de la Comunidad afectada, debate en la comisión de autonomías, propuesta de la comisión, pleno de la Cámara, etc. Por todo lo cual es muy dudoso que el polémico 155 hubiera sido oportuno y conveniente, y sería más interesante conocer cuáles hubieran sido las medidas concretas que hubiera preferido González. Y sobre todo su sucesor. Cuando habla a cada paso del diálogo y de una solución pactada, ¿cree en serio que con esta Gobierno catalán eso era posible en los útimos tiempos?