Democracia (y III)

-En el célebre y cacareado Gobierno del pueblo para el pueblo y por el pueblo (presidente Lincoln), ¿dónde, diablos, está en muchas ocasiones ese pueblo?

-La des-divinización del mundo y su mundanización fueron radicales y primordiales exigencias del cristianismo: Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios. Pero desde hace mucho tiempo no pocos confundieron mundo con siglo,  el César con el diablo, Dios con el papa,  y laicidad con laicismo.

-No parece haber otro remedio que buscar la menor porción de oligarquía con la máxima de democracia, siguiendo los consejos de los clásicos griegos, pero no por opción libre, sino por pura necesidad.

-Pedimos a cada paso y hasta exijimos de la Democracia lo que ésta -diosa demasiado humana- no puede dar: la seguridad, la paz, la felicidad… totales.