–Sabemos cómo evitar los accidentes. ¿Por qué no lo hcemos? -se pregunta sabiamente la Dirección General de Tráfico. De nuevo, la antigua cuestión, socrática, del conocimiento y la virtud. ¿Basta conocer la virtud para ponerla en práctica? Si el conocimiento es abstracto, meramente teórico, sin llegar a plena convicción y pleno sentimiento, no.
-Las virtudes cardinales no son sólo, como podría parecer, virtudes cardenalicias.
-¿Por qué se suele endilgar a los gobiernos de los países todas o muchas miserias propias de todos los hombres? Porque, como escribía el poeta Leopardi, los hombres son miserables por necesidad, pero están resueltos a creerse miserables por accidente.
-El crecimiento cero sólo conviene a los muy crecidos.
