Católicos alemanes

Releo, ahora con mayor detenimiento el informe sobre la Iglesia católica en Alemania, escrito por Klaus Nientiedt, redactor jefe del semanario Konradsdsblatt, del arzobispado de Friburgo, en vísperas de la última visita de Benedicto XVI. La lectura  del mismo ha sido para mí, por una parte, reconfortante, y por otra, preocupante. Reconfortante, porque he visto una Iglesia con una gran capacidad de autocrítica, crítica y renovación, incluidos puntos hasta ahora tabú, comenzando por algunos de sus cardenales, obispos y grandes  teólogos; por sus buenas relaciones institucionales Iglesia-Estado; por la organización de su laicado -Comité Central de los católicos, Katholikentags (asambleas de los católicos cada dos años)…-; sus buenas relaciones con los luteranos y los musulmanes; la intensa conciencia ecuménica; su presencia instituciconal  en la Universidad; la importancia dada a la religiòn o la ética en la escuela; su labor social y asistencial –Caritas Verband junto a otras iniciativas-; su alta producción intelectual; ahora mismo, la campaña trianual de diálogo(12121-1215) en todas las diócesis acerca de la responsasbilidad social, liturgia y testimonio de fe en el mundo… Y preocupante, porque veo cómo se extiende allí también el abandono de la Iglesia de muchos fieles, sobre todo tras los conocidos escándalos sexuales de religiosos y sacerdotes; la disminución alarmante, como en tantos otros sitios, de vocaciones al sacerdocio; la división creciente entre grupos llamados integristas y grupos llamados progresistas; el crecimiento del Islam, a la vez que la indiferencia religiosa  y la increencia, especialmente en la antigua Alemania oriental… Es cierto que el entusiasmo suscitado por la elección de un papa alemán  en toda la nación ha palidecido, sobre todo por la “marcha atrás” del Vaticano ( o así se entiende)  en los “apaños” con los católicos integristas de Mons. Lefevbre y cierto estancamiento en los avances ecuménicos y disciplinares.- Debemos tanto a tantos católicos (y no católicos) alemanes: biblistas, científicos, teólogos, filósofos, juristas, políticos, escritores, poetas…, que todo lo que sucede en Alemania no nos  es extraño, ni mucho menos, sino nuestro, muy nuestro también.