Cara e povera Italia

Malos días para los amigos, para los amantes de Italia. Hoy, la Cámara de los diputados, en Montecitorio, ha sido todo menos un ejemplo de ejercicio democrático: algaradas, conatos de de agresión, insultos, afrentas, sospechas y denuncias de compraventa de votos, infidelidades, transfuguismo… Mientras en las calles ardían coches y barricadas, y aumentaba el número de heridos y detenidos. De nuevo la clase política no ha estado en su sitio: ha habido tránsfugas a la derecha y a la izquierda. El presidente de la Cámara, el ex-fascista y ahora político honorable Fini, ha sido más hombre de facción que de Estado. La derecha se ha dividido más aún, la izquierda ya está lo bastante. El mago Berluscomi ha tenido suerte de nuevo: han funcionado sus magias, calculadas y beneficiosas. Pero habría que preguntarle lo que Togliatti preguntó a su camarada Pajetta, cuando éste ocupó, contra el ministro democristiano Scelba, la prefectura de Roma: ¿E ora che ci fai? (Y ahora, qué?) ¿A dónde va, dentro de este grotesco y pútrido escenario, una Gobierno nacional, en coalición con la impresentable Lega Norte, que gana el voto de censura por sólo tres votos, debidos a los tránsfugas de la más variada condición?