Acuerdo Vaticano-China

 

     Por fin, tras 70 años de ruptura, tensiones, persecución y silencio, el papa Francisco ha recibido durante su visita a la católica Lituania el regalo de la buena noticia de que el Vaticano y la República Pòpular china han llegado a un común acuerdo para el nombramiento de los obispos católicos en el el futuro. Hasta ahora existían dos Iglesias en el País: la oficial, sometida a las atoridades comunistas, y la silenciada, vigilada, perseguida y hasta mártirizada, fiel al papa de Roma. Lo peor era la  tensión y separación entre las dos: los católicos mártires y los catölicos traidores o cismáticos, en el más extremo de los casos. Buena noticia también para esos 12 millones de cristianos, católicos y protestantes, según las estadísticas oficiales, y 60 millones para ciertas agencias internacionales. Por ahora, el vaticano y el Gobierno chino se pondrán de acuerdo para el nombramiento de los nuevos obispos, pero no  como en tiempos de Franco o en la Lorena y Alsacia actuales, donde rige todavía el Concordato francés de modelo napoleónico, porque Francisco ha prometido consultar también para cada nomramiento con los demás obispos, con el clero y el pubelo, como en los mejores tiempos de la Iglesia. El papa, por su parte, ha admitido en la comunión católica  a los siete obispos de la Iglesia oficial, no nombrados por la Santa Sede. ¿Poca cosa? ¡Un paso histórico! Y el prólogo de unas futuras relaciones diplomáticas normales.

Supongo que la alegría habrá llegado también a aquellos fieles chinos de la catedral católica (Iglesia oficial) de Cantón, donde asistimos a una misa en uno de nuestros viajes siguiendo por el mundo al Patrono de Navarra, Francisco de Javier, y con los que no pudimos entendernos en ninguna lengua occidental. E incluso a las autoridades chinas de la isla de Sancián, a donde llegamos, en otro viaje posterior, con nuestro dinero para arreglar la capilla, que recuerda la muerte del misionero navarro, y que nos invitaron corteses a una comida oficial, donde pudimos probar (¡el que la probó!) hasta la culebra del sur de China… Enhorabuena a todos