Archivo por meses: diciembre 2014

Una serie extraordinaria

 

Es la publicada por la BAC, titulada La II República y la Guerra Civil en el Archivo Secreto Vaticano, que consta ya de cuatro volúmenes, a cargo del historiador valenciano de la Iglesia en España, Vicente Cárcel Ortí. Cárcel ya publicó dos libros como  introducción a la serie, además de sus otros muchos estudios sobre temas eclesiásticos o de relaciones entre Iglesia y Estado, anteriores o contemporáneos  a esas fechas, en varias revistas españolas y europeas. En esta serie el personaje principal es el hábil, laborioso, competente y realista nuncio Federico Tedeschini,  todo lo mundano que se quiera, autor de centenares de despachos, en italiano, a su amigo el cardenal Eugenio Pacelli (futuro Pío XII), entonces secretario de Estado Vaticano, inéditos hasta hoy, excepto algunos que publicamos nosotros en los nueve volúmenes sobre el Archivo del cardenal Francisco Vidal y Barraquer. A ellos se suma otra correspondencia menor con obispos españoles y otros personajes, eclesiásticos o no, a lo que el autor añade unas biografías minuciosas, a veces agotadoras, y otros documentos anejos, tomados de libros de memorias o de otras fuentes. El interés es excepcional. Figuras que yo creía conocer bien, como las de Segura, Múgica, Gomá, Alcalá Zamora, De los Ríos, Lerroux, y de los mismos Vidal y Tedeschini… son enriquecidas con nueva documentación, que las completa, o las desfigura, si se me permite la expresión. Por ejemplo, me parece increible el juicio severísimo de Vidal, ya arzobispo de Tarragona, contra el canónigo Gomá, posible candidato a la sede de Gerona, de la que le aleja con su informe, para luego, al cabo de los años, pedir insistentemente su elevación al episcopado. El obispo Múgica aparece en su correspondencia como el más crítico, violentamente crítico, contra el Gobierno que le expulsó de España, y, además, siempre quejoso de su suerte, también por la supresión de sus “temporalidades” y de los honores civiles para con su persona; orgulloso a la vez del aprecio y cariño de sus fieles diocesanos. Nueva me parece  la faceta del nuncio Tedeschini, enemigo acérrimo del cardenal Segura, a quien llama habitualmente “il nefasto Segura”, “capo morale” de los integristas españoles y otros epítetos no menos pugnaces. Los integristas son otro de los blancos del nuncio, a quien aquéllos odiaban con todas sus fuerzas. El prepósito general de la Compañía, el polaco Ledóchówski, y su representante en España, Enrique Carvajal, provincial de León, vienen y van como unos enredadores, hasta con el mismo papa Pío XI, jugando a los dos palos del integrismo español y de las buenas maneras de Vidal y Tedeschini-Pacelli. Y así podría ir diciendo…-  Son estos libros indispensables para cualquier trabajo que tenga algo que ver con la Iglesia en España -no Iglesia de España- durante los años treinta. Yo, la verdad, los estoy devorando, día tras día…

¿Qué reforma?

 

Basta ver las reformas constitucionales que anunciaban el otro día cuatro de los partidos reformistas para darse cuenta de la dificultad, y hasta de la imposiblidad moral de un acuerdo próximo y común. En el único punto en que están de acuerdo los cuatro es en lo que UPyD llama laicismo y los demás, para empezar, la supresión de cualquier mención a la Iglesia católica en la hipotética nueva Constitución. Si el PSOE propone un centón de puntos de reforma, dejando aparte su programa oculto de reformas autonómicas, IU quiere ante todo un referéndum previo Monarquía-República; UPyD la devolución al Estado de las competencias legislativas en Educación, Sanidad y Orden Público; IU la constitucionalización del derecho al aborto; IU y Podemos la del derecho de autodeterminación, uniéndose así al unico caso en el mundo que es Etiopía… No sólo Rajoy, cualquier español razonante no puede menos de ser escéptico ante el estribillo de la reforma constitucional y el afán adánico de ciertos jóvenes líderes de nuestro mapa político. Lo que no quiere decir que se deba descartar cualquier cambio en nuestro Código político, teniendo igualmente en cuenta las varias elecciones a Cortes y referendums exigidos para ciertas enmiendas y reformas en este momento político y económico, que no es lo de menos. Un poco menos de demagogia y de interés particular, y una visión mucho más amplia y desinteresada nos es más necesario y útil que nunca.

¿Reformar o enmendar la Constitución?

 

Cayetana Álvarez de Toledo  y  cinco de sus colegas del grupo Libres e iguales, entre ellos Vargas Llosa, nos han dado otra lección en su artículo colectivo La España constituida, publicado en EP, el pasado día 6,  Día de la Constitución. Arremeten, con razón, contra los fautores del mito de la transición inacabable, de la España (permanentemente) constituyente, de la estructuralización de los problemas  españoles y hasta del hombre providencial ibérico. Frente al afán adánico de gran parte de la política española, reafirman la legitimidad plena del gran pacto de la Constitución española de 1978, y, con la consabida ignorancia del sentido de la historia en lo que hace a los llamados derechos históricos, sostienen a la vez con todo realismo el carácter federalizante de nuestro Código político, máxima y genuina expresión de esa tercera vía ¡que todavía algunos andan buscando! La reforma de la Constitución -escriben- es un objetivo polìtico legítimo. Pero conviene meditar de qué se habla y en nombre de quién se habla. Y distinguien entre reformar y enmendar. Sabia distinción: la Constitución norteamericana, en doscientos años, ha sido enmendada tan sólo 27 veces y nunca reformada. Finalmente se enfrentan a los llamados federales, armados de sus blindajes, clara alusión a los socialistas y comunistas catalanes, que metieron al PSOE en el remolino federalista sin ton ni son: Blindar las reivindicaciones identitarias -uno de los mantras de Pedro Sánchez-, sean la lengua común, la educación o los símbolos nacionales compartidos, supone fragmentar el “demos” común en beneficio de los “etnos” excluyentes. Y proponer una reforma de la Constitución de estas características supone asumir la práctica desaparición del Estado de algunas regiones españolas. El resultado es conceder a los secesionistas buena parte de lo que piden, con la única contrapartida de que no se le llame independencia.- Pero, añado yo, para los eternos adolescentes políticos, que fungen permanentemente de progresistas, reformar la Constitución es la moda política progresista de hoy. Y mientras sea moda, no se la van a quitar de encima.

Adviento II

 

Cristo ya vino, viene  y vendrá.                                                                                                                 ¿Quién le esperó, le espera y le esperará?           

Últimos Aforismos

 

El hombre no puede saltar fuera de su sombra, reza un proverbio árabe. Quiere decir que la condición humana lo condiciona todo. Fuera de ella no existe ni puede existir el hombre.

– A los sauces en otoño no se les caen sólo las hojas, sino también los brazos y las manos.

– Ya entiendo por qué tantos impresentables, incluso facinerosos, dicen habitualmente que tienen la conciencia tranquila. No es que la  tengan tranquila: es que la tienen atrancada.

Francisco ante el Consejo de Europa

 

Los medios han hablado de la visita del papa al Parlamento Europeo en Estrasburgo, pero han olvidado del todo su visita a la contigua sede del Consejo de Europa -Palais de l´Europe-, ignorado y olvidado por casi todos. Institución europea pionera, a la que hoy pertenecen 47 países, que incluye el célebre Tribunal Europeo de Derechos Humanos y otros organismos prestigiosos, habló Francisco ante los diputados de la Asamblea Parlamentaria en el mismo salón, entonces compartido por el Parlamento, donde escuchamos a Juan Pablo II hace 26 años.  Y comenzó hablando, cómo no, de aquellos padres fundadores que, tras dos terribles guerras mundiales, quisieron ver en el otro no un enemigo que combatir, sino un hermano a quien acoger. Y frente a la globalización de la indiferencia y al individuaalismo que nos hace humanamente pobres y culturalmente estériles, y del que nace el culto a la opulencia y la cultura del descarte, animó a construir unas auténticas relaciones humanas basadas en la verdad y el respeto mutuo. Un lugar central del discurso ocupó su mirada a Europa, una Europa herida por las muchas pruebas del pasado, pero  tambien por la crisis del presente, que ya no parece ser capaz de hacer frente a ella con la vitalidad y la energia de tiempos anteriores. Una Europa un poco cansada y pesimista, que se siente asediada por las novedades de otros continentes. Una Europa multipolar y transversal, en la que tanto influyó durante siglos el mensaje  cristiano, al que hoy se considera en el ámbito de una correcta relación entre religión  y sociedad. En la visión cristiana -prosiguió el papa Francisco-, razón y fe, religión y sociedad, están llamadas a iluminarse una a otra, apoyándose mutuamente y, si fuera necesario, purificándose recíprocamente de los extremismos ideológicos en que pueden caer. Toda la sociedad europea se beneficiará de una reavivada relación entre los dos ámbitos, tanto para hacer frente a un fundamentalismo religioso, que es sobre todo enenigo de Dios, comno para evitar una razón “reducida”, que no honra al hombre. Como conclusión, el papa propuso una especie de nueva ágora, animada por el deseo de verdad y de edificar el bien común: Mi esperanza es que Europa, redescubriendo su patrimonio histórico y la profundidad de sus raíces, asumiendo su acentuada multipolaridad y el fenómeno de la transversalidad dialogante, reencuentre esa juventud de espíritu que la ha hecho grande y fecunda.

Sobre el derecho a decidir

 

El cacareado derecho a decidir ha llegado a ser un sintagma-disfraz del llamado  derecho de autodeterminación de los  Pueblos, es decir, dejándonos de trampas lingüísticas, del presunto derecho de ciertas partes de un Estado a separarse del Estado en el que viven. Dejando ahora a un lado la falsedad de tal derecho, sobre el que he escrito demasiadas veces tal vez, voy a concretarme al derecho a decidir sin más, al derecho de todo hombre a decidir por su cuenta sobre cualquier objeto u objetivo de que se trate.  Y he de comenzar diciendo que tal derecho no puede entenderse en principio como independencia de toda obligación o condición impuesta por naturaleza. Ningún derecho del hombre es absoluto, porque el hombre no es absoluto (ab-solutus = suelto o desligado de). Si lo fuera, dejaría muchas veces sin efecto los derechos de otros muchos. El hombre es no sólo individuo, sino persona, sujeto de derechos y deberes, sujeto a criterios morales, ya que la relación derechos-deberes afecta a todos los actos humanos. Cuando tomamos una decisión, ¿qué repercusiones tiene no sólo en nosotros, sino en todos nuestros aledaños? ¿Cómo quedan afectadas las relaciones de reciprocidad con todo nuestro entorno, personal, grupal, social? ¿Quiénes son los beneficiarios de esa decisión? ¿Quiénes los perjudicados? ¿Quiénes, en general, los afectados? ¿Cuáles son y pueden ser los derechos de todos ellos? La decisión que tomo o que tomanos ¿sirve para un bien mayor del bien que ya existe? ¿Qué relación tiene con el bien común, que es el máximo de los bienes? Y así podemos continuar un buen rato… La decisión humana no es un acto absoluto, aislado e independiente. Lo es mucho menos cuando es un grupo el que la toma. Bastaría decir que es profundamente humano.

La China que soñó F. de Javier

 

Las cartas que escribió el Maestro Francisco de Javier a su entrañable y venerado Ignacio de Loyola y a sus hermanos residentes en Europa, Roma y Goa son una de las obras religiosas más importantes de todos los tiempos, y la segunda, después de las cartas de san Pablo, en la historia de la evangelización del mundo. Hoy, día del Santo, escojo este breve apartado sobre China, ahora la primera potencia demográfica y económica de la Tierra, tomado de la última carta, escrita desde Cochín, el 29 de enero de 1552, por Francisco, recién llegado de Japón, a su Padre Ignacio, de quien se llama “Menor hijo y en destierro mayor”. El 17 de abril partirá de Goa rumbo a  China, pasando por Malaca, y en agosto llegará la isla china de Sancián, para esperar y esperar…, hasta llegar a morir cerca de la playa, mirando siempre hacia su sueño inmediato, y sin olvidar el sueño final:

La China es una tierra  muy grandísima, pacífica, y gobernada con grandes leyes, hay un solo rey, y es en grande manera obedecido. Es riquísimo reino, y abundantísimo de todos los mantenimientos; no hay sino una pequeña travesía de China a Japón. Estos chinos son muy ingeniosos y dados a estudios, principalmente a las leyes humanas sobre la gobernación de la república; son muy deseosos de saber. Es gente blanca, sin barba, los ojos muy pequeños; es gente liberal, sobre todo muy pacífica; no hay guerra entre ellos. Si acá en la India no hubiere algunos impedimentos que me estorben la partida este año de 52, espero de ir a la China por el grande servicio de Dios nuestro que se puede seguir, así en la China como en Japón; porque sabiendo los japoneses que la ley de Dios reciben los chinos, han de perder más presto la fe que tienen a sus sectas. Grande esperanza tengo que así los chinos como los japoneses, por la Compañía del nombre de Jesús, han de salir de sus idolatrías y adorar a Dios y a Jesucristo Salvador de todas las gentes…

Miguel Javier Urmeneta

 

No conocí a don Félix Huarte, pero sí a Miguel Javier Urmeneta, los dos premiados, post mortem, con la medalla de oro de Navarra de este año, como principales artífices, hace medio siglo, de la promoción industrial de nuestra Región.  No me extraña que quienes  sostienen que hay que ser sólo una cosa en la vida – vg., comunistas e independentistas-, y durante toda la vida, hayan arremetido contra él, además de con furor ideológico, con furor también cultural. Porque Miguel Javier, como le llamábamos, fue muchas cosas, sucesivamente y tambien a la vez: navarro, vasco, español, europeo y hombre universal; vasquista y españolista; peneuvista y requeté; militar y divisionario azul; franquista y antifranquista; hombre de acción y de reflexión; científico y artista. Nunca comunista ni independentista. Siempre caballero, y sobre todo humanista. Muchos le deben algo. Yo, y otros muchos como yo, por ejemplo, muchos ratos de amistad y de empeño común durante aquellos meses del Frente Navarro Independiente. Y también, como poeta y cofundador de Río Arga (1976-2014), la revista de poesía decana de España, gracias a él, cuando era presidente de Caja Municipal de Pamplona y de sus muchos mecenazgos, y a pesar de que la última y nefasta Caja Navarra de Miguel Sanz y de Enrique Goñi y Beltrán de Garizurieta nos dejara a la intemperie. Hoy se mantiene con el apoyo de la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona. Miguel Javier ha sido uno de los poquìsimos hombres públicos -junto a Amadeo Marco y no sé quién más- que tuvo en varias localidades calles dedicadas en vida y que no le han sido desdedicadas tras su muerte.- Que siga celebrando mañana el segundo santo navarro de su nombre en el cielo de Dios.