Archivo por meses: diciembre 2014

Adviento IV

 

Millones de justos le esperaron.

María, su madre, le esperó.

Todos los pobres,

de verdad,

le esperan todavía.

Y todos los miles de millones de muertos

siempre le esperarán.

Porque sin él

no existe esperanza alguna.

Los puntos negros

 

Podría parecer un breve cuento de Navidad. Pero es cosa de todos los días.  Aquel maestro que mandó a sus alumnos escribir una cuartilla sobre otra que les repartió previamente él, como la tarea de redacción del día: era una cuartilla blanca con un solo punto negro en medio de la misma. Los chicos no sabian qué hacer con aquello y les daba la risa, pero luego, tras las reiteradas explicaciones del maestro, se pusieron a escribir unas líneas al menos sobre… el punto negro. Cuando rcogió todas las cuartillas, el maestro les hizo ver que ¡ninguno de ellos se había fijado en el resto de la página, toda blanca! – Así, en nuestra vida, casi todos los días: oímos, leemos, vemos, recordamos, imaginamos, intuimos, prevemos, tememos, proyectamos… casi siempre los puntos negros, y no el resto de las páginas de la vida, que están en blanco para que nosotros las llenemos con nuestros pensamientos y con nuestras obras, o son blancas para nuestra contemplación y nuestra reflexión. ¡Cuántos puntos negros en nuestro mundo, y hasta en nosotros mismos!  ¿Y páginas blancas? ¿No hay ninguna?

Salvar a los niños de la telebasura

 

Como es bien sabido, casi cada día recibimos informaciones y peticiones de firmas y de alguna contribución económica desde agencias, grupos, instituciones… para ayudas humanitarias u otros objetivos que se estiman urgentes y benéficos. Algunas veces pongo mi firma al pie y casi nunca pongo un euro, de los pocos que tengo, porque con frecuencia esas agencias, grupos, instituciones… defienden algunas causas u objetivos concretos, con los que no estoy de acuerdo, y no quiero financiar, aun en esa proporción mínima que me toca, aquello que no me parece justo y cabal. Hoy, por ejemplo, firmo la petición que nos envía Ignacio Arsuaga- hazteoir@hazteoir.org para enviarla a la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia, y a la Dirección de Telecomunicaciones y del Sector Audiovisual para que lleve hasta el final el expediente a Tele 5 y le impongan una sancion ejemplar por incumplir el horario de protección infantil con su programa Sálvame. Es  decir, que salvemos de la telebasura de Sálvame a miles de niños (y de padres) españoles, que es una manera de educarlos, como es nuestro deber colectivo, patriotico y humanista. ¡Ya es hora que la Administración pública actúe contra una de las muchas plagas de la perversión privada!

Por los niños de Pakistán

 

Avaaz  (avaaz@avaaz.org) promueve una campaña para honrar la memoria de los más de cien niño asesinados hace una semana por los extremistas talibanes. La verdad es que, después de crímenes colectivos tan atroces, las palabras, las exclamaciones, los suspiros… valen bien poco y sólo algunas grandes acciones pueden ser  la respuesta adecuada y hasta humana. Cuando nuestros Gobiernos se han comprometido ya ante la ONU a garantizar el acceso de todos los niños para 2015, en Pakistán hay todavía 5´5 millones de ellos sin escolarizar y más de 58 millones en todo el mundo. Si se destinara una ayuda mundial, sólo se necesitarían seis mil millones de dólares para cubrir la educación de todos los niños en escuelas primarias, por vez primera en la historia. Una cantidad que se presupuesta cualquier día para objetivos militares o  para construcciones suntuarias gigantescas.  En zonas de conflicto como Peshawar, la guerra, el miedo y la miseria no harán tan fácil la tarea en poco tiempo, como en otros sitios, pero si sólo nos quedamos con la miseria, el miedo y la guerra, será mucho más difícil durante mucho más tiempo.- Lápices en vez de fusiles. Un buen programa navideño.

La música

 

Entre sorbo y sorbo del  habitual por estas fechas, Oratorio de Navidad, me traen las manos  vigorosas y señoriales del pianista ruso y genial, Alexei Volodin, sonatas de Scarlatti; piezas de piano y una sonata  de Prokofiev; la  Reminiscenza, de Medtner, a quien no conocía; la Polonesa-Fantasía, de Chopin, y el Carnaval, de Schuman. Sugerencias impresionistas junto a  música de danzas y de tendencia neoclasicista; el allegretto tranquillo del Brahms ruso cabe la delicada densidad de texturas de la polonesa,  y ese microcosmos o abanico de sensaciones en esos veinte números de ritmos de danza carnavalesca. Música al fin y a la postre. Música ante todo y sobre todo. Parece mentira que un arte tan rigurosamente sometido a las exigencias del tiempo medido y sonoro, a través de unos instrumentos, concretos y cerrados en su espacio, produzca, genere, haga posibles la mayor libertad de memorias, pensamientos, voliciones, fantasías emociones y afecros, sin cortapisa alguna, sin barrera espacial, como hay en la pintura o en la escultura; o barrera mental, lógico-formal o lírico-formal, como es el caso de la literatura en general o, específicamente, de la poesía. Lo mismo hacia adelante que hacia atrás, hacia arriba que hacia abajo. Hacia dentro o hacia el fondo. En todas las direcciones del alma humana. En todos los grados y en todas las intensidades.  Para eso Volodin no aporrea el piano, no. Vuela con él, como si fuera un pájaro gigante amigo. O lo cabalga como a un caballito de sueños, tal el que soñaba Machado. O lo sostiene como a barquilla blanquinegra sobre olas agitadas o mansas de ese inmenso mar que llamamos arte, creación, recreación, o transfiguración. A veces uno piensa que se lo lleva con él, que huye con él, con los ojos cerrados, de tan bien que lo conoce. – Es la música, siempre cercana y lejana, misteriosa, indefinible.

La leche terapéutica F-75

 

Nos escribe María Ángeles, directora general del Comité español de ACNUR (la Agencia de la ONU para los refugiados), que gracias a la leche F-75 la tasa de mortalidad de niños gravemente desnutridos, menores de cinco años, se ha reducido del 25 al 5%. A los niños con malnutrición severa que llegan a los campos de refugiados sus madres han dejado de darles el pecho porque se les ha retirado la leche, al tener que sobrevivir con raíces y hojas que han encontrado en su huída. Si el niño tiene más de seis meses, se le alimenta en el hospital durante los tres primeros días con leche F-75, baja en proteínas, grasa y sodio, pero rica en carbohidratos, que le ayuda a recuperar su funcionamiento metabólico normal. Pasados tres días, y dependiendo de su evolución, se le proporciona leche F-100 o Plumpy´nut. Recibir, pues, leche F-75 es la diferencia entre la vida y la muerte para muchos niños.- Cada dosis cuesta menos de 1 euro. Es inconcebible que el mundo abundante de los abundantes que somos nosotros no envie toda la leche necesaria para todos los niños de todos los campos de refugiados de África.

Adviento III

 

Y  Cristo ¿cómo viene                                                                                                                        ennuestro tiempo?

Viene -ya nos lo dijo-
en los hambrientos,
en los desnudos,
en los enfermos,
en los pobres peregrinos,

los prisioneros,
los que son perseguidos
como el Maestro…

Cada día se acercan
a nuestro encuentro.

¡Este es el Cristo
de nuestro Adviento!

Cirauqui

 

Sobre piezas, viñas y olivares, levanta Cirauqui su estatura medieval y compacta: cerrada defensa vigilante sobre el cerro, bajo el que pasaron – y pasan- la calzada de Roma y el camino de Santiago.

Villa apetecida y hecha suya por los condes de Lerín hasta cuando no tuvieron más remedio que dejarla en paz. Fue también, junto a su Fuerte de San Cristóbal, en Montesquinza, lugar estratégico preferido por los aguerridos carlistas. Aún resuena en el laberinto de sus calles la leyenda de El Cojo de Cirauqui, guerrillero liberal.

En medio del caserío-fortín se engalla en un templetillo poligonal la torre de San Román, queriendo llamar la atención sobre su puerta lobulada, románico-islámico-cisterciense.

Cirauqui, en perpetua exposición  de sí mismo. Como una bandera al viento,

¿Crueldad de la historia?

 

Leyendo el primero de esos cuatro tomos, me encuentro con el Informe de Ramón Molina Nieto sobre la actuación de cardenal Segura, que el nuncio Tedeschini envía el 8 de septiembre de 1931 al secretario de Estado Vaticano, cardenal Pacelli. Molina Nieto era un culto y piadoso canónigo de Toledo, cercano al cardenal, y, con su anuencia, diputado a Cortes Constituyentes, inscrito en el grupo agrario, en el que estaba también José María Gil Robles y varios sacerdotes de distintas diócesis. Tras escucharle un dia Tedeschini lo que le contaba Molina sobre su arzobispo y cardenal primado, le pidió que lo pusiera por escrito. Aunque al principio el diputado se esquivó, por las complicaciones que podía traerle, al fin lo hizo, pero sin poner su firma en el escrito, y el nuncio, pronto y sin mandárselo nadie, lo envió a Roma. Se trata, sintetiza el nuncio, de un informe sobre il disgoverno che quella povera Chiesa sta soffrendo por colpa del funestissimo Cardinale, y que prueba cómo Segura es el arzobispo  más desastroso que haya tenido Toledo y el hombre más nefasto que para su desgracia haya tenido la Iglesia de  España. Lo resumo: a)  Por lo que hace y el modo de hacerlo. Cúmulo de proyectos y de obras sin tiempo ni espacio para madurarlos, todo atropellado. Novedades cuanto más explosivas y de ruido, mejor. Una serie inacabable de asambleas y congresos, aunque la asistencia sea mínima. Maestros y guardias civiles, obligados a asistir, fatigados y aborrecidos. ¿Y si ellos citasen todos los días al cardenal para sus cosas? Pero el cardenal se servía de la  gente menuda de los asilos, colegios de huérfanos, doncellas nobles, ursulinas… para rellenar las filas de cualquier acto. Amigo de procesiones y de veladas, de nuevas devociones, de monumentos al Corazón de Jesús, aunque tuviera a dos pasos el de Getafe, eso sí, con los seguros elogios desmedidos del diario arzobispal puesto a su servicio; b) Desastroso por lo que no hace. Aparte del abandono de los asuntos ordinarios de Curia, no aprovechó la privanza del rey ni la del dictador, de los que fue buen amigo, para preparar el futuro; al contrario, autorizó que su periódico integrista, El Siglo Futuro, combatiera con frecuencia al diario católico El Debate y a sus simpatizantes, dividiendo así de continuo a los fieles.  En la Acción Católica y Social nada se hizo; hoy están más desorganizadas que nunca y sus elementos desorientados e inutilizados; en estos campos su actuación y no actuación no han podido ser más funestas; c) Desastroso por lo que no deja hacer. Absorbente llama Molina Nieto a su prelado,  aun con todas las apariencias de humildad. Su criterio ha de ser el único; su procedimiento, el mejor; ambos, exclusivos. Nadie intente lo contrario, y nadie lo ha intentado. Cuenta después la desgraciada y soez campaña del diario arzobispal, El Castellano, contra un alcalde católico e hijo de Toledo y contra algunos caballeros católicos de la ciudad. El escándalo fue grande y el pueblo se amotinó y fue a quemar, una tarde, el periódico dentro del palacio episcopal. Según el canónigo toledano, las elecciones municipales de abril de 1931, que dieron un triunfo inesperado a la República, fueron una demostración contra el cardenal y su periódico. Y termina la relación: Sentimos todos en el corazón el destierro (del cardenal). ¿Un movimiento espontáneo, fuerte, nuevo en favor suyo? Desgraciadamente no le conozco.- No he hecho más que extractar casi a la letra los términos de la relación. Aquel cardenal primado de España, que lo era todo en los últimos años de la Dictadura; que apareció, en mayo y junio de 1931, como mártir de la fe y de la valentía cristiana tras su destierro -injusto de todos modos- impuesto por el furibundo ministro republicano y católico, Miguel Maura, queda aquí reducido a la ruina, y por boca de uno de los suyos. Cuántos casos así, en la historia de cardenales, papas, reyes, ministros, hombres públicos de toda clase y condición… ¡Cuántas relaciones semejantes a ésta se estarán escribiendo ahora mismo en cualquier parte del mundo! ¿Es así de cruel la historia? Muchas veces sí. Pero suele ser así de cruel la realidad.