24 de Diciembre
Ven, ven, Señor, no tardes, Ven, que te esperamos…
Ven, niño mío, no tardes.
Si tú no vienes,
como la lluvia,
como la nieve,
como la brisa,
como el relente,
todo se seca y se pudre,
todo enmohece,
todo se frustra,
todo se pierde.
Ven, niño mio, no tardes.
Si tú no vienes,
como la gracia
de quien nos quiere,
de quien nos cuida
y nos protege,
todo será pasajero,
inconsistente,
nada seguro,
nada perenne.
Ven. niño mío, no tardes.
Si tú no vienes,
nadie vendrá a contentarnos,
nadie vendrá a liberarnos
de nuestra suerte,
de la vida sin sentido,
y para siempre.
Nadie…,
si tú no vienes.