Una monarquía constitucional

La monarquía constitucional española se debe a la Constitución y se rige por la Constitución. Alguien podrá decir que es anterior a la Constitución y aun a todas las Constituciones, comenazando por la de Cádiz. Pero casi todo es  en cualquier país anterior a la Constitución, y no sólo los Fueros navarros. Lo son también los fueros de todo el resto de España, los municipios, las regiones, la iglesia, los tribunales, las cortes, etc. Pero eso no quiere decir que no sean  válidos y validados en este momento en virtud de la Constitución. Es, pues, la Constitución y su normativa complementaria la que tiene que regular la vida pública y semi-pública del rey y de la casa real, y no dejarla en el limbo legal, para luego lamentarlo. Una cacería de cinco días en el sur de África en un situación política, cercana a la emergencia, de España no es un trazo más de no sé qué vida privada. Y eso ahora y cuando Rubalcaba era ministro de un Gobierno, el más laxo a la hora de seguir y controlar la vida semipública del monarca. No vale, pues, salir  ahora por peteneras regias o morales. Si no podemos poner a raya a doña Cristina Fenandez de Kirchner -¡qué apellido tan “gallego”-, algo podemos hacer con nuestra Monarquía, que es un bien de todos y para todos. Los republicanos, por otra parte, harían bien en repasar la vida de sus presidentes -patrimonio también de todos los españoles-, comenzando por Figueras, huido a París desde el palacio real, y acabando por Azaña, destronador de su antecesor Alcalá Zamora, para no hablar demasiado alto. El mal y el bien de muchos puede ser un buen punto de reflexión para todos. Por otra parte, ya debiera ser bien sabido que todos los independentistas estarán siempre, por definición, contra la Monarquía española, sea unitaria o federal (Bélgica o Canadá), como estarían contra la República española, federal o unitaria. Por eso la bandera republicana izada por un alcalde separatista en el ayuntamiento de San Sebastián es un buen chiste, además de un anzuelo marino sólo para incautos.