Una masonería politizada

Lo que el XII Symposio Internacional sobre la masonería española, en Almería, nos ha enseñado de nuevo es que, se reconozca o no, frente a una doctrina masónica, moral y universal, tenida a todas horas por obediencias y logias, la mayor parte de su historia en España fue contradicha, negada o superada por una politización, contraria a sus principios. originarios. Por algo la mayoría de sus obediencias fueron irregulares, no reconocidas por la Gran Logia de Inglaterra. Políticos relevantes, de varios colores, de primera o segunda fila, como Ruiz Zorrilla, Sagasta, Romero Ortiz, Becerra,  Morayta, Menéndez Pallarés, Barcia, De Buen, Martínez Barrio, Rizo… fueron grandes maestres. Al primero le hicieron masón del grado 33 en 48 horas. Y lo mismo quisieron hacer con Nicolás Salmerón, pero éste dignamente se negó. ¿Y si Pidal, Silvela, Azcárraga, Dato, Ossorio, Sánchez de Toca, Senante, Goicoechea o Giménez Fernández hubieran sido provinciales de la Compañía de Jesús o arzobispos de Sevilla o de  Toledo?