Reflexiones Cristológicas (II) Arrianismo y Apolinarismo

 

Las grandes categorías filosóficas de la teología cristiana, Ousía, Physis, Hipóstasis y Prósopon aparecen íntimamente ligadas en Apolinar de Laodicea para interpretar la unidad personal de Cristo, porque el Logos, como principio motor, es la única fuente de todo movimiento vital. Un solo ser viviente. Reduce así esa unidad personal a la mera unidad de  naturaleza vital: Las Sagradas Escrituras no establecen ninguna separación entre el Logos y su carne, sino que el mismo ser (Autós) es una sola physis, una sola hypóstasis, un solo poder (enérgeia), un solo prósopon, plenamenrte Dios y plenamente hombre.

Si bien los apolinaristas se diferencian de los arrianos en que aquéllos afirman la divinidad del Logos y su consustancialidad con el Padre, ambos comparten la negación explícita del alma humana de Cristo. La verdad es que la teología del Logos-Sarx influyó mucho en toda la escuela alejandrina. El mismo Atanasio, como vimos, evitaba la afirmación expresa del alma de Cristo, así como su negación, aunque sin aplicar tal esquema a la cristología, como hizo Apolinar.

Pero la consecuencia de dicho esquema, abandonando la doctrina del alma de Cristo, fue un desconocimiento de toda la parte humana y de la dimensión psicológica de Jesucristo. Lo que equivalía, digámoslo claro, a su deshumanización.