La religión civil en USA

 

             La religión civil en los Estados Unidos de América –América, dicen ellos habitualmente- viene de los Siete Padres Fundadores, de procedencias confesionales distintas, y deístas personalmente en su mayoría: Dios, creador y conservador, premiador de buenos y castigador de malos, pero sin intervenir en el mundo de cada día. Sin embargo, ellos eran conscientes de cuánto influía en la vida de los nuevos pobladores de América su fe religiosa, y hasta alguno de ellos, como Benjamin Franklin, calvinista de origen y deísta convencido, solía expresar gratitud por la ayuda  de Dios a la Nación americana. Fue el que propuso y consiguió que los trabajos de la Convención comenzaran por una oración, tras vencer algunas resistencias. Los Padres Fundadores crearon esa religión civil unitaria, con un Dios de todos, sean episcopalianos, batistas, calvinistas, católicos, cuáqueros, o incluso increyentes. Un cristianismo moral sobre todo, que esté por encima de cualquier denominación, pero que nutra y anime a todas ellas.

Esta religión civil ha permanecido hasta hoy, como vimos ayer, comenzando por el discurso-oración, u oración-meditación, con la que se abrió la ceremonia de la toma de posesión de la presidencia por el católico Joe BIden -¡segundo católico, tras Kennedy, en una lista de 46 presidentes, 44 protestantes! El jesuíta Leo Jeremiah O`Donovan, de ascendencia irlandesa como Biden, uno de los jesuitas más respetados de los Estados Unidos, especialista en el teólogo alemán Karl Rahner, que conoció a Biden en la prestigiosa universidad de Georgetown, de la que fue rector, y donde estudió Bau Biden, el hijo del presidente, cuyo funeral, tras su muerte de cáncer a los 46 años, le tocó también presidir. Allí conoció también a nuestro rey Felipe VI, cuando estudiaba Relaciones Internacionales, con quien trabó una sólida amistad. Biden ha participado activament en la campaña de recaudación de fondos para el Servicio Jesuita a Refugiados que dirige O´Donovan.

Tenía yo por todo esto mucho interés en escuchar la oración del jesuita americano. Veía a Biden y a casi todos sus acompañantes en actitud recogida, orante, los ojos bajos -especialmente Kamala Harris y Mike Pence-, pero no hubo manera. En laTV1 española o no se habían enterado de quién era y qué significaba O´Donovan o les importaba un bledo. Les importaban más las mil tonterías mundanas de la fiesta que acababa de comenzar. Intenté por otros medios acercarme a las palabras del amigo elegido por Biden para bendecir su presidencia, pero las oía mal.  Espero enterarme pronto de su contenido. Mientras tanto, la conocida revista de los jesuitas norteamericanos, América, resaltaba la cordial felicitación del papa Francisco, buen amigo de Biden desde hace años, frente a la increible nota de los obipos del País, presididos por el hispano José Gómez, arzobispo de Los Ángeles, sacando a relucir los sempiternos tópicos del aborto, el matrimonio homosexual, etc., habituales puntos conflictivos de los católicos conservadores con el nuevo presidente. ¿Oportunos?