Las citas fáciles

Buena la hizo la presentadora norteamericana Laura Schlessinger, cuando citó en contra de la homosexualidad el libro bíblico del Levítico, 18´22. No uno, sino muchos se lanzaron a hacer algo parecido pero al revés. Nos ha llegado, en forma de pwp, una carta en la que se citan una serie de monstruosidades, en el caso de que tomáramos en serio, a la manera fundamentalista, ciertas citas al pie de la letra, de textos escritos hace miles de años, en situaciones socio-político-religiosas tan diversas de la nuestra. Y así, por ejemplo, con el Levítico en la mano, podríamos poseer esclavos con tal de que fueran de los países vecinos, pero nos impondrían la pena de muerte por trabajar en sábado; nos lapidarían por maldecir; tendríamos serios disgustos por arreglarnos el pelo, tocar la piel de un cerdo o plantar dos plantas distintas en un mismo campo. Ah, y no podríamos acercarnos al santuario con un defecto en la vista. Fundamentalismos necios, que no hacen más que desprestigiar no sólo a los que los utilizan. También, por desgracia, a la misma Biblia y a todos los sagrados libros antiguos.