La vida que sigue

El 1 de septiembre, tan cerca del 30 de junio. Un soplo leve. Un breve e invisible vuelo de la saeta del tiempo, de la vida. No hay vacaciones de la vida, realidad de realidades. Realidad que cada uno ha de ir haciéndosela, segundo a segundo, sin posibles interrupciones,con todos los riesgos posibles, con la inseguidad inherente a nuestro quehacer. El drama de la vida,solemos decir. Y es que nuestro drama (acción, en griego) primordial es el mismo vivir, que es lo máximo que nos pasa, que nos acaece. Vivir, ser, ganas de ser. Y vuelvo a este cuaderno de bitácora para, en definitiva, intentar decir algunas palabras elementales sobre la vida: mi vida y nuestra vida.