La niña violada en Brasil

Helder Cámara, antecesor del cardenal Cardoso Sobrinho, no lo hubiera hecho. Y Jesús de Nazaret, que es nuestro único modelo, tampoco. La niña tiene nueve años y fue violada por su padrastro y corría peligro, si el embarazo de dos gemelos continuaba su curso, que son los dos casos en los que el aborto es legal en Brasil. El presidente Lula da Silva, que se declara cristiano y católico, lamenta profundaamente que un obispo de la Iglesia Católica haya anunciaado la excomunión incluso a la niña: Creo que en ese aspecto la medicina tiene más razón que la Iglesia. Dejándonos de dibujos, y aun poniéndonos en la más exigente de las actitudes, una excomunjión pública y solemne, destemplada incluso, a un niña de nueve años violada me retrotrae a tiempos pasados que no quiero que vuelvan. Estos días estoy estudiando una etapa en la que las excomuniones públicas y agresivas salían de muchos eclesiásticos con tanta abundancia como las bendiciones y las indulgencias. A nadie se le puede excomulgar por no ser un héroe, y menos por no ser casi un suicida. Se podrá pensar y juzgar lo que se quiera de este caso y de otros, pero condenar con esa fiereza  pública a alguien, y menos a una niña de nueve años, y a quienes quieren salvarla es todo menos una medida evangélica. ¡A ver si va a resultar que el único católico del corro va a ser el padrastro violador, que sí quería que nacieran los gemelos!