Libertad libertaria

En vastas zonas de la conciencia popular española, nutrida en los últimos años por películas fantásticas e historias hagiográficas, los anaquistas y los anarco-sindicalistas españoles conservan todavía un halo de libertad, de libertarismo, que los salva, para muchos, de cualquier reproche y hasta de toda crítica seria. Es una falsa conciencia. Sin hablar de la actuación de los anarquistas durante laguerra civil, que fue terrible, seguramente la más inhumana de todas dentro del bando del Frente Popular, mucho antes, en las insurrecciones del 18 de enero de 1932 en la cuenca del Alto LLobregat, en la del 8 de enero de 1933 y en la del 8 de diciembre  del mismo año en varias partes de España, es donde se vio la verdadera realidad del llamado movimiento libertario, lejos de todo ataque previo o de todo frente enemigo. En algunos de los pequeños municipios de Cataluña, Aragón, Valencia, La Rioja, Extremadura o Andalucía se proclamó el comunismo libertario, con un ritual casi común a todos los casos, en las pocas horas que solía durar el nuevo régimen: formación del comité revolucionario, ocupación de la casa consistorial, detención de los principales propietarios (el algunos casos, también del cura), asalto o intento de conttrol del cuartel de la guardia civil, quema del archivo de la propiedad, supresión del dinero y reparto de bonos. Se conserva el bando  de los sublevados en Fuenmayor (La Rioja), durante la insurrección de diciembre de 1933, que parece ser el bando típico, fijado y proclamado en los otros municipios que vivieron la misma experiencia: Vecinos de Fuenmayor: Se hace saber que el Comunismo Libertario ha sido  proclamado por la CNT en toda la Península Ibérica. Todo aquel ciudadano que se levante en armas contra el nuevo régimen constituido será responsable de sus actos. Todo aquél que, siendo requerido por el Comité Revolucionario para que entregue las armas, no haga caso de tal requerimiento, será juzgado por el pueblo. Serán, a palabra de hombres, respetadas todas las vidas desde el momento que se sometan al nuevo régimen. Todos aquellos individuos que por cualquier asunto sean requeridos por el Comité Revolucionario y no respeten a éste serán juzgados por el pueblo. Quedan garantizados todos los servicios de farmacia y sanidad, bajo la proteción y amparo del Comité Revolucionario. Por la Confederación  Nacional del Trabajo, “El Comité Revolucionario”. (Suplemento de Tierra y Libertad, núm.18, enero-marzo de 1934, pp 19-20). Libertad libertaria.