La hospitalidad en la tradición benedictina (y II)

 

                        Un hermano fue a visitar a un ermitaño. Cuando se despedía, le dijo: –Perdóname, padre, porque ha  tenido que saltarse su regla por mí. Pero el ermitaño respondió: – Mi regla es recibirle con hospitalidad y que se vaya en paz.

(Dichos de los padres y madres del desierto)

 

                    A todos los huéspedes que vienen al monasterio se les recibe como a Cristo. (…). Cuando se anuncie la llegada de un huésped, acudan a su encuentro el superior y los hermanos con las mayores muestras de caridad. Primero orarán juntos, y así se hermanarán en la paz. (…) Muestren la mayor humildad al saludar a todos los huéspedes que llegan o se van (…) adorando a Cristo en ellos, pues es a él al que se recibe.

(Regla de San Benito)

 

Póngase el  máximo cuidado y atención en recibir a pobres y extranjeros, porque de modo especial en ellos se recibe a Cristo. Pues el respeto que imponen los ricos ya obliga a honrarles.

(Regla de San Benito)

 

Se tratará con toda afabilidad a los huéspedes. En a tención a ellos, el superior interrumpa el ayuno, a no ser que se trate de uno de los días  de ayuno que no se puede violar. (…) El abad dé aguamanos a los huéspedes. Tanto el abad como toda la comunidad laven los pies  a todos los huéspedes.

(Regla de San Benito)